El gobierno danés ha ampliado las restricciones impuestas hasta ahora en Copenhague al resto del país, de modo que los restaurantes y bares deberán haber cerrado a las 22.00 horas y además será obligatorio el uso de la mascarilla para acceder a los locales y hasta tomar asiento.
La jefa del Gobierno danés, Mette Frederiksen, anunció hoy estas medidas que serán vigentes, en principio, hasta el 4 de octubre.
Las concentraciones no podrán exceder 50 personas, con excepción de actos organizados con un aforo determinado y en los que se hayan adoptado las correspondientes medidas higiénicas.
Frederiksen recomienda, asimismo, que en lo posible se practique el teletrabajo y se trate de reducir al máximo los contactos sociales.
"Con la entrada en el otoño entraremos también en una nueva fase de la lucha contra la pandemia", afirmó Frederiksen, a través de su cuenta en twitter.
Sin embargo, matizó la jefa del Gobierno, nada indica que la situación vaya a ser parecida a la vivida en marzo.
Dinamarca estuvo entre los primeros países del norte de Europa en implantar restricciones en la vida pública y logró contener relativamente pronto los contagios.
En las últimas semanas se ha observado un repunte de nuevas infecciones, especialmente en la capital, Copenhague.
En el país se han verificado hasta ahora 21.847 contagios, con un total de 625 víctimas mortales. El número de nuevas infecciones en las últimas 24 horas ascendió a 454, la más alta desde abril.