El Parlamento alemán aborda hoy a petición de la oposición las acusaciones contra el titular de Sanidad, el cristianodemócrata Jens Spahn, según las cuales pretendía entregar a personas sin techo y a instituciones para discapacitados mascarillas de baja calidad y sin certificación europea.
El ministro rechazó las acusaciones en cuanto a que se había puesto en riesgo a personas y las calificó de "inaceptables" y de las que dijo no están apoyadas en ningún dato.
Respecto a las mascarillas, adquiridas en China, aseguró que a pesar de no contar con certificación europea habían pasado un "control intensivo" y cumplían con todas las características para garantizar la protección frente a infecciones.
Al mismo tiempo, el ministro de mostró indignado por el hecho de que la víspera de una jornada electoral -el domingo se celebraron elecciones en el estado federado de Sajonia-Anhalt-, se acuse al gobierno de tratar así a grupos vulnerables de las sociedad.
Spahn se mostró asimismo indignado con los socialdemócratas, socios de la coalición de gobierno, después de que la cúpula del partido exigiera de forma indirecta la dimisión del ministro.
No es la primera vez que Spahn se convierte en blanco de críticas por la adquisición de mascarillas: hace unos meses se le acusó de haber favorecido a amigos personales y políticos en los contratos de adquisición de mascarillas y de haber desechado ofertas en mejores condiciones.
Tampoco es el primer escándalo que salpica a la CDU de la canciller, Angela Merkel, después de revelarse negocios con mascarillas sanitarias en sus filas.