Renovarse o morir. Este ha sido siempre un concepto que han tenido muy claro las hermandades para poder sobrevivir a lo largo de los siglos. Hay que buscar ideas con las que, mediante donativos, se obtengan fondos que permitan el sustento de la corporación, y así ésta mantenga el culto a sus titulares. Es lo que ha hecho, al fin, el Carmen del Puente de Triana.
El pasado mes de mayo, como ya adelantase La Recogía de El Correo de Andalucía, la hermandad carmelita de la capillita del Altozano anunció que, probablemente, habría de suspender su procesión prevista para el miércoles 20 de julio, la cual es fluvial al principio y terrestre después. Finalmente, el abogado Joaquín Moeckel realizará un préstamo para que la Virgen del Carmen navegue por el Guadalquivir y recorra su feligresía, después de no poder salir desde 2019 debido a la pandemia.