“Nuestra Señora del Rosario Coronada, Reina y Patrona. Honor y Gloria de Carrión”, este es el título de la muestra que trae a la sede social del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla la Hermandad del Rosario de Carrión de los Céspedes, cuyo fabuloso patrimonio puede contemplarse en esta entidad hispalense hasta el sábado 18 de junio entre las 11 hasta 14 horas por las mañanas, y desde las 17 a las 20:30 por las tardes. Su inauguración tuvo lugar el pasado viernes 10, y su cartel anunciador es una obra maravillosa de José Cabrera Lasso de la Vega, pudiéndose contemplar la pieza original en el patio del recinto expositivo, junto al colosal altar de novena de 1890, de estilo neoclásico-ecléctico y de autor anónimo, que se completaría en 1935 con el dosel que alberga a la propia imagen titular.
En la primera sala, en la de la derecha, se hace un repaso por la historia de esta devoción carrionera que tiene su germen en el mismo templo donde sigue residiendo, la Iglesia Mayor del Señor San Martín de Tours, donde, de forma documentada, recibe culto la imagen desde, al menos, 1490, siendo clave la labor de la Orden de Calatrava, a la que el rey Alfonso X el Sabio donó en torno a 1253 la antigua alquería de Carrión. Entre otros enseres y documentos, se hallan presentes otras corporaciones rosaristas de la diócesis, como la del Rosario de San Pablo, fusionada con la Hermandad de Montserrat, que se fundó en 1481 y será referente para la que organiza esta exposición, motivo por el que está presente su bandera, e igualmente se halla el libro de reglas del Rosario de Guillena, del año 1678.
Junto a todo ello, se disponen varias sayas de la Virgen, como la del manto blanco, bordado en el convento de Santa Isabel en 1963, o la azul, de autor anónimo en la primera mitad del siglo XX, destacando, por su relevancia y volumen, el simpecado blanco de gran gala de tisú de plata bordado en el siglo XIX y de autoría anónima, representándose en la cartela central a la Virgen del Rosario con Santo Domingo de Guzmán y San Martín de Tours.
En la misma sala, se muestran dos interesantes documentos, como son el libro de reglas y hermanos del Rosario de la Reina de los Ángeles de Umbrete en 1725, cuyo modelo de texto jurídico y su aprobación es similar a las reglas de la de Carrión de los Céspedes en 1728, y el libro de reglas, acuerdos y hermanos de la corporación carrionera en 1727. También se contemplan piezas del ajuar de la imagen, como la Banda y Cruz de Capitana, la toca de «Paquili» bordada por Carrera Iglesias en 2004, cetros de la Señora de los siglos XVIII y XIX, entre ellos el que portó en su coronación el 8 de octubre de 1944, la pluma de oro del canónigo Muñoz y Pabón, las medallas del Rosario de Benacazón (cuyo simpecado, obra de Patrocinio López entre 1861 y 1866 también se halla presente), del Rosario de Mairena del Aljarafe, de la Matriz del Rocío de Almonte y del Gran Poder de Sevilla, la llave del Sagrario o la Cruz de la Orden de Caballeros de San Andrés.
Otra de las piezas clave es el manto grana, bordado en Fuentes de Andalucía por las religiosas mercedarias en 1890, e igualmente se contempla la corona de plata dorada de Miguel María Palomino en 1806, así como los arcángeles, de estilo neobarroco de la segunda mitad del siglo XIX, que acompañan a la Virgen en su paso y se atribuyen a Juan de Astorga. Al final del recorrido por la primera sala se muestra el simpecado grana, obra del último cuarto del XVIII, y la corona del Niño Jesús de la coronación en 1944, obra de Dalmás, no pudiéndose mostrar la de la Señora, pues recordemos que fue robada el 29 de enero de 2020, si bien en un cepillo pueden dejarse donativos para sufragar la reproducción que se hará de la misma.
Antes de pasar a la sala de la izquierda, en la parte interior del patio, conocido como la cubila, se expone el paso de plata labrado por Viuda de Villarreal y Orfebrería Andaluza entre los años 60 y 80 del pasado siglo, concebido para que la Virgen del Rosario procesione en él cada último domingo septembrino, mientras que el martes anterior al primer domingo de octubre se usa para el Santísimo Sacramento, añadiéndosele el templete que se muestra en el centro de la segunda sala, en la que se explica cómo se vive en Carrión la Candelaria, donde se muestra el batón, capa y gorro del Niño para dichas fiestas, o la ráfaga de plata sobredorada para la Señora que cincelase Viuda de Villarreal tras la coronación en 1944. Del Divino Infante también se exponen la cuna en la que procesiona cada 25 de diciembre, o el pesebre para el portal de belén, viviéndose en vísperas de la Navidad las «jornaditas», en las que la Virgen viste prendas muy pastoriles, como la saya del Caminito, bordada en oro sobre tisú en el siglo XVIII de autor anónimo.
Llegando al final de esta exposición, aparece el manto blanco de tisú, cuyo dibujo es de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, pero se bordó en 1963 en el convento sevillano de Santa Isabel. Y se culmina el recorrido con la evocación a la ofrenda de flores, aquel bendito sueño de Fernando Paz, «Fernando Chalé«, que instituiría esta costumbre en 1956, tratándose de un homenaje flamenco donde se proclama a una reina mayor y a otra infantil, ambas con sus damas, pudiéndose apreciar algunos de los vestidos que lucieron en su momento durante el último fin de semana de un mes de septiembre.