Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
El autor es ninguno
Actualizado: 19 jun 2017 / 08:40 h.
  • Descomposición del cortejo de la Esperanza de Triana en Sierpes tras una ‘carrerita’. / Manuel Gómez
    Descomposición del cortejo de la Esperanza de Triana en Sierpes tras una ‘carrerita’. / Manuel Gómez

Tristemente, la palabra carrerita se ha unido de forma directa a la Semana Santa de Sevilla. Cuando uno dice carrerita se refiere a las estampidas que, en mayor o menor medida, han ocurrido varias veces durante la Madrugada y que han terminado por reventar la que muchos consideran la noche más hermosa del año en la capital sevillana.

Las primeras carreritas ocurrieron en el año 2000, cuando se produjeron de forma simultánea en varios puntos de la ciudad y afectaron al tránsito de todas las cofradías. La menos perjudicada entonces, aunque sí resultó afectada, fue el Silencio. Entonces, el paso de palio de María Santísima de la Concepción aunque estaba ya a escasos metros de la puerta de su templo se desplazó incluso unos centímetros por culpa de la bulla que comenzó a correr sin que todavía sepan las razones.

Porque ese es otro debate, que 17 años después todavía no se sabe qué ocurrió para que aquella Madrugada marcara un antes y un después y la Semana Santa de Sevilla abriera todos los informativos nacionales con la imagen de los nazarenos corriendo despavoridos con las insignias entre un mar de sillas tiradas en el suelo.

Tristemente, estos sucesos se han vuelto a repetir y las carreritas han protagonizado también las madrugadas de los años 2015 y 2017. El primero de ellos fue el Silencio probablemente la más perjudicada dado que en las calles Orfila y Javier Lasso de la Vega las carreritas destrozan buena parte del cortejo del paso de palio. Y en la última Semana Santa, este triste fenómeno fruto del miedo colectivo afectó a todas las hermandades. De momento, sigue la investigación policial y aún no se saben las causas que provocaron las malditas carreritas, un término que nadie quiere pronunciar.