Una multitud se reunió para presenciar el esperado encuentro entre la Virgen de Valme, protectora de Dos Hermanas, y San Fernando, patrón de la ciudad. Miles de fervorosos devotos y curiosos, los asistentes se congregaron desde temprano en los alrededores de la Catedral para revivir un momento histórico ocurrido en 1948, conmemorando el 700 aniversario de la restauración del culto cristiano en Sevilla. Setenta y cinco años después, la escena se repetía.
El cortejo estuvo cuidadosamente organizado por el Cabildo de la Catedral, encabezado por los niños carráncanos y la banda Sinfónica Municipal de Sevilla. La procesión comenzó mientras el arzobispo, monseñor José Ángel Saiz, dirigía la Sabatina en el Altar del Jubileo, coincidiendo con su nombramiento como miembro del Dicasterio para los Laicos.
La presencia de cruces parroquiales de las diferentes collaciones y parroquias surgidas tras la Reconquista de Sevilla fue significativa, al igual que la participación de hermandades vinculadas a San Fernando o a imágenes marianas de esa época.
La Universidad de Curas Párrocos de Sevilla y la Hermandad Sacerdotal de San Pedro precedieron al paso de Fernando III, seguidos por capellanes reales, asociaciones parroquiales, hermandades y cofradías de Dos Hermanas, marcando así la participación histórica de esta ciudad en el evento. El alcalde de Sevilla, José Luis Sainz, lideró la representación del consistorio.