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Actualizado: 01 jul 2016 / 22:46 h.
  • La cofradía de San Martín cuenta con nuevo hermano mayor, Antonio Ramírez. / Pepo Herrera
    La cofradía de San Martín cuenta con nuevo hermano mayor, Antonio Ramírez. / Pepo Herrera

Paco Vélez, el nuevo tesorero electo, bien merecería una mención en el Guinnes por su inusual longevidad como inquilino del número 26 de San Gregorio. El suyo es un caso sin parangón. Cuando el 12 de julio tome posesión, se habrá sentado en cinco juntas superiores diferentes y habrá trabajado codo a codo con cinco presidentes: con Antonio Ríos y Manuel Román ejerció como delegado del Miércoles Santo; y con Adolfo Arenas y Carlos Bourrellier como delegado del Domingo de Ramos. Ha cumplido ya 16 años de servicio en esa casa y ahora, manejando el presupuesto, va a por los 20. Aunque lo que de verdad le gusta a Vélez es ser representante del Consejo en el Cecop, función que piensa seguir desempeñando (Stop). Donde sí ha habido sorpasso esta semana ha sido en La Lanzada, donde el candidato externo, Antonio Ramírez Iberburen, casi un desconocido, se ha impuesto por una gran diferencia al hermano mayor, Miguel Calzado. Y eso que hasta última hora la condición de liberado sindical del nuevo hermano mayor fue utilizada por la candidatura de Calzado ante Palacio para intentar cuestionar su idoneidad (Stop). Esta semana, aprovechando la celebración del cabildo general de cuentas, el abogado Fernando Rodríguez Galisteo ha anunciado su intención de presentar el año que viene su candidatura a hermano mayor de la Soledad de San Lorenzo. José Ramón Pineda, hermano mayor, le replicó anunciando la presentación de una candidatura oficialista, aunque sin revelar el nombre del aspirante a hermano mayor (Stop). «Manda un fortísimo abrazo a Juanito Moya, hijo y nieto de pregoneros, que esta semana ha pasado por el quirófano mientras sus hermanos de Los Estudiantes votaban a Jesús Resa como nuevo hermano mayor. Tú sabes que vino bendecido de Tierra Santa y que allí, abrazado a la piedra del Santo Sepulcro, aprendió la mejor lección de muerte, pero también la mejor catequesis de vida. A Juanito, gracias a su Cristo de la Universidad, le quedan todavía muchos capítulos por escribir en el mundo de las cofradías».