El senatus es el nombre con el que se conoce a una de las insignias utilizadas por las cofradías de penitencia en las procesiones de Semana Santa. Es un estandarte, por lo habitual bordado en hilo de oro sobre terciopelo o malla, de carácter pagano y que lleva en el centro las siglas S.P.Q.R. Seguro que han escuchado alguna vez, para responder a la curiosidad del niño que lo ve por primera vez entre las filas de nazarenos y le llama la atención, que ese acrónimo hace referencia a la expresión ‘San Pedro quiere rosquillas’.
Lamento desilusionarle pero, en realidad, significa otra cosa, el Senado y el pueblo de Roma –Senatus populusque romanus, en latín–. Esta expresión hace alusión al gobierno de esa antigua República y hoy se usa como emblema oficial de la capital italiana. Su origen se desconoce pero apareció por primera vez en inscripciones en el año 80 a. C.
Las cofradías incorporan esta insignia como recuerdo de que el drama del Calvario de Cristo se produjo bajo el poder y el dominio de los romanos. Su lugar en el cortejo suele ser en los tramos de Cristo, abriendo el segundo tramo, que precede a la Cruz de Guía. Un águila entre una corona de laurel, realizado en orfebrería, forma su asta y completa el conjunto artístico.
Por último, varias curiosidades de esas que tanto nos gustan a los cofrades: el senatus es la insignia que abre el cortejo de los enlutados nazarenos de El Amor porque su Cruz de Guía sale en la cofradía de La Borriquita.
En La Trinidad, esta insignia figura entre los tramos del Cristo de las Cinco Llagas y no en el cortejo del Sagrado Decreto porque este paso tiene carácter alegórico y no representa una escena de la Pasión.
Otro detalle: esta insignia no es exclusiva de los nazarenos puesto que también la vemos sobre algunos pasos, como el de la Sagrada Presentación al Pueblo de San Benito, portada por uno de los romanos de la obra escultórica de Lastrucci y también es llevada por uno de los armaos que escoltan cada madrugá del Viernes Santo al Señor de la Sentencia de La Macarena, mientras que no la encontraremos en las hermandades de la Soledad –San Buenaventura y San Lorenzo, por orden en la nómina– y en el Santo Entierro.