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Actualizado: 29 jul 2020 / 11:45 h.
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  • 88 obviedades para levantar Sevilla

Bueno, y esas 88 maravillosas obviedades que el ayuntamiento acaba de aprobar por unanimidad, ¿no se podían haber respaldado por todos antes, sin necesidad de pandemia? Adaptando la canción de Carlos Puebla al hecho: “Aquí pensaban seguir/ jugando a la democracia/ y Sevilla que en su desgracia/ se acabara de morir/ y en eso llegó el Covíd” (con acento en la í para que rime).

Cuando uno lee las 88 evidencias le suenan ya manidas y se pregunta si para redactar eso ha hecho falta una comisión de “expertos independientes” -dicen- cuyos nombres y curriculums ni he leído, debe ser mi escasez de tiempo, pero para dar luz verde al texto de marras con hacer un ejercicio de memoria y echar mano de hemerotecas se redacta lo que necesita Sevilla -y otras muchas ciudades más- y se acabó el trabajo. Les prometo a ustedes que, si alguien desea que le diga cómo arreglar el mundo, en 24 horas se lo digo en un papel, claro, porque el papel es muy sufrido y aguanta todo lo que le echen, casi igual que las pantallas digitales y digo casi igual porque el papel bien guardado ahí queda y la tecnología da muchas satisfacciones pero también algunos disgustos para tirarse de los pelos, si los hubiera.

Lutero redactó sus 95 tesis y cambió el mundo, pero fue, entre otros motivos, porque había una clase social que se llamaba burguesía que estaba harta de obedecer a la católica España y vio en el monje a un sujeto útil para sus fines independentistas. Ahora habrá que ver dónde habita en Sevilla esa clase emprendedora ancestral que se una y al mismo tiempo fiche y organice a los muchos jóvenes emprendedores que, al modo luterano, curran sin descansos para vacaciones y romerías porque saben la enorme exigencia competitiva que exige el mundo actual y no tienen tiempo ni pasta para ocios innecesarios.

Cuando leo las 88 tesis para cambiar Sevilla me da la impresión de que repaso una vez más esos manifiestos de la progresía, llenos de buenas intenciones y de ambigüedades en los que he podido observar -no sé las veces ya-, expresiones como: “es preciso”, “hay que”, “es necesario”, “es de todo punto imprescindible”, y un montón de verbos en infinitivo, esto es, con un significado de logro en el infinito, o sea, para la galería, para seguir jugando a la democracia que es la sólida empresa -por ahora- en la que muchos tienen su puesto de trabajo asentado, si son dóciles.

Dice la gramática que “los verbos en infinitivo son aquellas palabras que manifiestan acciones y que no están determinados por un tiempo, ya sea presente, pasado, futuro, o ningún otro”. En las 88 tesis sevillanas leo, verbigracia: Promover un Pacto Económico y Social, Instar al Gobierno de España, Incluir a la Universidad de Sevilla y a la Universidad Pablo de Olavide en el Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS), Crear la Mesa del Trabajo Autónomo, Activar el espacio de trabajo de la Mesa de Economía Social e Innovación Social, Aprovechar al máximo todas las posibilidades de la nueva Ley de Contratos del Sector Público, Realizar un estudio de las ordenanzas fiscales en vigor, Impulsar un marco adecuado de incentivos fiscales, Identificar las parcelas actualmente sin uso de titularidad municipal, Impulsar el Departamento de Relaciones Institucionales y Fomento de las Inversiones, Mantener la línea de subvenciones de ayuda a pymes y autónomos, intentando ampliar tanto su dotación económica como el número potencial de beneficiarios, Poner en marcha un programa de ayudas reintegrables (microcréditos)...

No debo abusar del espacio en un texto como el presente, pero, perdonen que pregunte: ¿qué han hecho los alcaldes y regidores de esta ciudad en los últimos 12 años, sin ir más lejos?, ¿para qué cobra este personal? Mantener las ayudas a pymes, “intentando ampliar tanto su dotación económica como el número potencial de beneficiarios”. “Intentando”. ¿A qué compromete eso? “Aprovechar al máximo todas las posibilidades de la nueva Ley de Contratos del Sector Público”. Ah, ¿pero es que si no llega a ser por la pandemia no iban a aprovechar al máximo ese tema y otros muchos?

Miren, esto será muy lindo políticamente para presentarlo en sociedad como la muñeca vestida de azul con su camisita y su canesú, pero por el momento son cantos celestiales que se entonan precisamente cuando las vacas están más flacas y por tanto la música final puede salir desafinada, aunque espero vivamente equivocarme en mi especulación.


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