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Actualizado: 21 ago 2022 / 17:55 h.
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  • Ana María Aldón es el mejor ejemplo de personaje casposo

El problema que no terminan de entender algunos es que los verdaderos protagonistas del mundo del corazón no pisan los platós de televisión desde hace años. Los personajes que aparecen en programas de telebasura no son, ni por asomo, importantes; son los deshechos de tienta, lo barato y casposo. Los personajes del corazón se dedican a otras cosas y no quieren arrimarse a semejante pocilga.

El resultado de algo tan evidente es que el escándalo es el protagonista, los gritos la forma de comunicación oficial en algunas cadenas, lo cutre una forma de entender la realidad. Y si no van los verdaderos protagonistas ¿quién va a esos programas tan criticados? Los famosetes inventados por ellos mismos que viven de escándalos entre ellos mismos y se lían a despotricar unos de otros. No existe interés alguno y las mentes pensantes deciden (siempre) que la solución es organizar una trama absurda y barriobajera. Se equivocan y terminarán desapareciendo de la parrilla.

Ana María Aldón es la esposa de José Ortega Cano. Eso es todo. Es una diseñadora de moda mediocre. Eso es todo. El resto es un eterno montaje con lo poco que resta decir. El interés que puede tener la vida de esta mujer es nulo y solo una separación animaría su entorno. Sin embargo, hablan de él y de ella, le invitan a los platós, le ofrecen colaboraciones, le intentan solucionar el futuro. Eso es lo que hay en algunas cadenas de televisión.

Más cutre es imposible, más caspa es imposible. Y, mientras, actores con enorme proyección en el paro, guionistas inéditos porque solo interesa está cochambre, artistas de todo tipo trabajando de camareros porque no hay forma de encontrar a alguien dispuesto a poner un euro para financiar un proyecto.

Qué pena.

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