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Actualizado: 28 sep 2021 / 11:45 h.
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  • Brexit o tener que ir a por gasolina armado hasta los dientes

Qué bien funciona el populismo. Se escuchan mensajes preciosos y el mundo cambia sin remedio gracias a la inteligencia de políticos (de tres al cuarto) que encontraron un filón en el lenguaje. Lo primero es el Reino Unido; el Reino Unido no quiere tanto inmigrante, más fronteras y menos extranjeros; Europa nos roba y sin ellos todo irá mejor... Resultado: crisis convertida en emergencia nacional a las primeras de cambio.

Sin los trabajadores comunitarios (en este caso los conductores de camiones) el funcionamiento del Reino Unido está en peligro y todo comienza a desmoronarse. Ya se estaba viendo venir. Las estanterías se quedan vacías de forma cíclica en las tiendas de comestibles. En los hospitales las enfermeras son algo parecido al oro o los brillantes y se paga un dineral para que trabajen en un lugar u otro. El Brexit ha resultado ser un auténtico desastre ya que la cantidad de mensajes populistas se comieron la realidad.

El Brexit como plan ha sido nefasto y la gestión de Boris Johnson y su equipo no ha hecho más que ahondar en el problema. La arrogancia británica en este asunto se ha descontrolado y el resultado es que en las gasolineras británicas la gente pelea (literalmente) por un litro de gasolina. Ya pagaron el pato cientos de empresas de la UE (españolas un buen número) y miles de trabajadores (españoles un buen número) y, ahora, les toca a ellos en sus propias carnes la que han organizado sin ton ni son.

El populismo consiste en aprovechar la debilidad social para enviar mensajes que se soportan sobre el miedo y la falta de esperanza, sobre el enfado de las personas y su angustia por no tener un futuro digno. Esos mensajes suelen buscar culpables en diferentes colectivos (suelen ser vulnerables aunque no siempre es así) y buscan agrupar a un nutrido grupo alrededor de ideas imposibles de llevar a cabo y que esconden una clara falta de reflexión y conocimiento por parte del que las usa. Por ejemplo, alguien puede decir ‘salgamos de Europa porque solos somos mejores y no nos cuesta ni un céntimo; si seguimos dentro de la UE mantendremos a un grupo de vagos (países del sur) y no sacaremos nada a cambio; y el trabajo que sea para nosotros porque los moritos y los españoles vienen a dejarnos sin empleos’. Resultado: la gente tiene que ir a la gasolinera con navaja de muelles porque no hay suficientes trabajadores, ni pueden ir allí los que no son británicos debido a las dificultades que ha generado el Brexit. Pasaría lo mismo si en España echásemos a los inmigrantes. ¿Quién cuidaría de nuestros mayores? ¿Quién iría a recoger tomates o lentejas? Nuestros hijos han estudiado una carrera y no han visto una mata de tomates en su vida.

Por cierto, del mismo modo que M. Rajoy dejó de pronunciar el nombre de Luis Bárcenas, los políticos ingleses ya no dicen Brexit ni a la de tres. Y, por cierto, no hace falta ser británico y arrogante para hacer populismo. El mismísimo Trump es el claro ejemplo de lo que es un populista; y en España los tenemos salidos del barrio de Vallecas de Madrid y no saben decir una palabra en inglés. Así que ya saben, viendo las barbas de nuestro vecino quemar