Gracias pregonero por tus generosas palabras en la mañana grande de los Sevillanos cofrades, el domingo donde todos nos hacemos atril y voz del elegido. Las palabras son propias pero los sentimientos son compartidos en gran medida. Enhorabuena José Ignacio por traernos a Sevilla desde tu visión universitaria y nazarena, un año más la ilusión renovada de esta Sevilla que se transforma para recibir a Dios y a su bendita Madre por las calles. La ciudad que ha vivido una cuaresma intensa pero lluviosa y que quizás por esto ha compartido más tiempos de recogimiento en su capilla junto a ellos, tiene ganas de salir a la calle y mirar con deseo esa esquina, plazuela o estrechez donde cumplirás como cada año con el rito de emocionarte ante el mismo Cristo, con la misma marcha, con la misma gente, que por desgracia alguna siempre falta. Verás crecer la candelería de la Esperanza poco a poco, los camiones con la cera irán descargando los que serán caminos de luz. Volveremos a ver nuestros nombres en las listas de la cofradía, esbozando una sonrisa al ver que junto a ti no falta nadie en el tramo. Compras de última hora, los guantes, el capirote que nos molesta, las sandalias que tienen gastadas la suela o aquel bajo de la túnica por que el niño ha dado un estirón de última hora. Todo es impaciencia, que larga se nos hará esta Semana y que corta la que viene. Aprovechemos estos días de vísperas que cuando menos nos demos cuenta ya estará la Aurora en Santa Marina. Hazme un favor, sé feliz.