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Actualizado: 20 sep 2018 / 19:53 h.
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En España hay muchas inercias más inamovibles que el féretro de Franco. En la programación televisiva tenemos algunas especialmente pertinaces. El tema al que todos los días del año se dedican más minutos en los telediarios es a hablar del Real Madrid y del Barcelona. Tan obligatorio como la información meteorológica. Y más inflado que la burbuja inmobiliaria. Otro deporte nacional ejercido con la apariencia de regla del juego, cuando en realidad sería invalidado por el VAR del interés general, es el intervencionismo de los partidos políticos en la gestión informativa de las televisiones públicas. Con cada cambio de gobierno se aplica para controlar la ‘caja tonta’ el decimonónico “turnismo” para manejar el poder que cocinaron Sagasta y Cánovas a cuerpo de rey (Alfonso XII). En la jerga presente equivale al “quítate tú, que me pongo yo” y al consabido “colócanos, colócanos” que vaticinó Carlos Cano. Nunca se apaga el foco para debatir de modo fundamentado o artificioso sobre la idoneidad de los periodistas elegidos para regir en Televisión Española. Pero nunca se enciende la luz, ni están de guardia los taquígrafos, para hacerle la prueba del algodón a otra de las mayúsculas inercias: los canales y horarios asignados a la emisión de los programas con formato gran reportaje (“En portada”, ‘Crónicas’,...), los programas sobre innovación tecnológica (’Cámara abierta 2.0’, ‘Zoom.net’,...), los programas de divulgación científica (’Lab 24’,...), los programas culturales (’Metrópolis’,...).

Estamos en la era de la oferta a la carta, y cualquier programa de este tipo puede ser visto por entero en cualquier momento entrando en la web de RTVE desde un ordenador de mesa, portátil o ‘smartphone’. Vale. Pero aún es abundante el porcentaje de españoles que solo ven contenidos televisivos cuando son gratuitos y cuando se los programan y se los exhiben al alcance del mando a distancia, no en modo internet. Cuando sintonizan los canales, el número 1 es para La 1 de TVE. Y desde el más emblemático de la televisión de todos se ha hecho durante muchos años dejación de liderazgo, derivando a La 2 y al Canal 24 Horas casi todos los programas de producción propia y temática política, social, cultural, científica, tecnológica, empresarial, internacional,...

En la nueva etapa de los informativos de TVE, por los telediarios que he visto se puede afirmar que han mejorado en criterio periodístico e imparcialidad. Pero la programación es mucho más que los noticieros. ¿Tendrá que sacarnos tarjeta amarilla la Comisión Europea para que en la ‘parrilla’ de La 1, de siete días de la semana, al menos dos se dedique el horario de máxima audiencia, las diez de la noche, a informar en profundidad y a debatir con rigor en lugar de a entretener con ‘Operación Triunfo’, ‘Master Chef’, ‘El Paisano’ o películas del montón?

¿Hay algo en España más inamovible que la pervivencia de ‘Cine de Barrio’ con su enfoque y en su horario?

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