Se acabó lo que se daba. Se deshojó la margarita. Hoy, permítanme, que haga de mi verea un lugar en el que hablar de mi pueblo, Carmona. Pero centrándome en lo inteligente que es esta ciudad, mientras algunos iluminados siguen creyendo que somos unos borregos. Incluso puedas verte reflejado tú desde otro punto de la geografía andaluza, pues en esto de las elecciones municipales las alegrías van por barrios.
Ganó Juan Ávila, que no el PP, pero sí el PP de Carmona, al que resucitó tras dos mandatos en coalición con el que ostentaba hasta ayer mismo el récord de votos y concejales en unos comicios, Sebastián Martín Recio (IU). Este domingo los registros marcaron un nuevo hito entre urnas y papeletas. Y todo comenzó, al principio de la noche, por el bastión socialista por antonomasia de la ciudad: la barriada de Guadajoz. Allí, Juan Ávila - que no el PP-, comenzó su particular reconquista. Después fueron cayendo concejales a diestra y más diestra e incluso, en un momento del escrutinio, el número 14 asomaba como fantasma por la sede de la Casa del Pueblo del PSOE, donde vieron peligrar su quinto edil.
¿Qué les ha pasado a IU y PSOE? Al primero, en una campaña muy juvenil, usando las nuevas tecnologías y alejándose del insulto y el improperio contra el rival, le ha faltado haber estado más presente desde 2015. Cambios en la portavocía, nuevos miembros y listas y una remozada imagen de una Izquierda Unida más adaptada al siglo XXI no han servido para que Vicente García Baeza cale en Carmona. Al menos por ahora. Tiene razón en su primer análisis en que quizás el resultado haya sido cruel con ellos. Pero hay que asumir la derrota y ver qué ha pasado. Ayer, en Guadajoz, nuestro particular Ohio, obtuvo números pobres (apenas 100 votos) cuando antaño era un caladero. Pero hay mimbres para resarcirse de los peores resultados de esta formación en la ciudad.
En el PSOE local, el desaguisado es enorme. Barrieron en las generales e incluso las europeas con síntomas de agotamiento ante un PP (ahora sí) en caída libre. Muchos militantes socialistas han desconectado con el puño y la rosa y han caído a los brazos de realidades. Que a nadie se le olvide que, si bien mantienen concejales, con un PSOE al alza a nivel nacional han cosechado los peores resultados de su historia reciente. Alfonso García obtuvo mejores cifras que Agustín Guisado y hay socialistas de carné que hoy ya lo recuerdan. Van a ser doce años sin tocar sillón y con síntomas de no saber hacia dónde ir. Una campaña enfangada, cruce de declaraciones, mensajes fallidos, propuestas sin sustento, hacen que la continuidad del cabeza de lista esté en el aire. Toca cursillo intensivo de ser carmonense para conseguir, contra una apisonadora de 13 concejales, hacerse fuerte. Como bien dicen los socialistas de ideas "o cierran por reforma, o cierran por defunción”. En este orden.