En días pasados el nuevo consejero de Cultura, el periodista Miguel Ángel Vázquez, realizó su primera comparecencia en la Comisión del Parlamento de Andalucía, y aprovechó para desgranar sus líneas de trabajo para los años que quedan de legislatura y realizó la propuesta de dos perfiles estratégicos que sorprenden por su novedad y por su afán.
La primera, en sus propias palabras, «alianza por la cultura comprometida... favorecer una cultura de lo social, una cultura que potencie la capacidad para transmitir valores y acercar a las personas, una cultura que genere convivencia y que genere posibilidades de futuro». Y ponía de ejemplo la Factoría Cultural del Polígono Sur de Sevilla.
Muy interesante la idea que pretende activar la cultura de las personas y de los valores, la cultura como elemento de ruptura de la brecha social y como elemento de dinamización. Pretensiones nunca expresadas con tanta claridad por un consejero de Cultura, pues nos presenta un camino para la creación y los creadores que tienen que mirar a las personas y los ciudadanos.
Y presentó otra línea quizás no tan rompedora pero sí necesaria: potenciar la visibilidad de la mujer en la cultura. Cuestión necesaria para pasar del papel a la acción la función de las mujeres en la construcción de los materiales de la cultura y en la transmisión de la misma.
Dos líneas nuevas y dos objetivos por los cuales esforzarse. Desear que las turbias fuerzas de la superestructura no dejen en palabras tan potentes y necesarios afanes. ~