Image
Actualizado: 15 dic 2020 / 09:44 h.
Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
  • Dos mujeres se retratan en una abarrotada calle Larios de Málaga con motivo de las luces de Navidad / Efe - Álex Zea
    Dos mujeres se retratan en una abarrotada calle Larios de Málaga con motivo de las luces de Navidad / Efe - Álex Zea

Todo parece indicar con claridad que el pasado puente de la Constitución se ha convertido en un importante foco de contagios en toda España. El SARS-CoV-2 encuentra un verdadero chollo en los días de fiesta y en los hogares españoles (el mayor número de brotes se dan en las casas, en el entorno familiar porque nos parece que si conocemos a la persona con la que estamos todo es muy bonito). En verano, la desescalada fue demasiado rápida y nos costó una segunda oleada letal y anticipada respecto al resto de países europeos. Se quiso salvar parte de la economía y nos ha costado bastantes muertos. Además, eso que se quiso salvar sigue igual de mal. Enorme éxito. El puente de principio de diciembre era un peligro y se quiso hacer no sé que pruebas para salvar la Navidad. Nos va a costar vidas y la Navidad no se salvará, la Navidad está muerta desde esta primavera. Otro exitazo. Pero nosotros a lo nuestro, nosotros pensando en cómo saltarnos las normas para hacer fiestas familiares, fiestas ilegales, fiestas en la calle con forma de botellón... Nosotros a lo nuestro y los políticos sin poner un mínimo de cordura.

Si celebramos las Navidades con cierta normalidad (se incluye en esa normalidad las compras y alternar en las terrazas como si no hubiera un mañana y cenar y comer con la familia como si eso fuese seguro) vamos a tener un mes de enero muy bonito. La curva de contagios volverá a dispararse, las hospitalizaciones volverán a dispararse y el número de fallecidos volverá a dispararse.

Hemos escuchado que llegan las vacunas y hemos bajado la guardia un poco más. Si estábamos siendo unos insensatos, ahora estamos demostrando ser irresponsables y bastante estúpidos.

Algunos científicos están dejando muy claro que las vacunas actuales no serán definitivas ni mucho menos. Algunos científicos ya han dicho que si hacemos las cosas mal el número de muertos seguirá siendo insoportable. Y todos sabemos que lo único que es tan insoportable como definitivo es la muerte. Pero, nada, nosotros a lo nuestro. Y los políticos pensando en sus votos. Qué desazón.