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Actualizado: 26 dic 2020 / 04:00 h.
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  • Cuando los erales sueñan verónicas de alhelí

En las Alocuciones argentinas sincretiza:

En la mitad del verano ibérico se oye un mugido que hace llorar a los niños de pecho.... Este mugido sale de un circo, de un viejo templo, y atraviesa el cielo seguido de .Una caliente pedrea de voces humanas. Este mugido de dolor ha salido de las frenéticas plazas de toros y expresa una comunión milenaria, una ofrenda oscura a la Venus tartesa del Rocío, viva antes que Roma y Jerusalén tuvieran murallas, un sacrificio a la dulce diosa madre de todas las vacas, reina de las ganaderías andaluzas, olvidada por la civilización en las solitarias marismas de Huelva.

En la mitad del verano ibérico se abren las plazas, es decir los altares. El hombre sacrifica al bravo toro, hijo de la dulcísima vaca, diosa del amanecer que vive en el Rocío. La inmensa vaca celestial, madre continuamente desangrada, pide también el holocausto del hombre y continuamente lo tiene.... Parece como si el toro, por un instinto revelado o por secreta ley desconocida, elige el torero más heroico para llevárselo, como en las tauromaquias de Creta, a la virgen más pura y delicada.

Desde Pepe-Hillo hasta mi inolvidable Ignacio Sánchez Mejías, pasando por Espartero, Antonio Montes, o Joselito, hay una cadena de muertos gloriosos, de españoles sacrificados por una religión oscura, incomprensible para casi todos, pero que constituye la llama perenne, que hace posible la gentileza, la galantería, la generosidad, la bravura sin ambiciones, donde se enciende el carácter inalterable de este pueblo. El español se siente de pronto arrastrado por una fuerza seria que le lleva al juego con el toro fuerza irreflexiva que no se explica el mismo que la siente...el torero va a la plaza para encontrarse con el toro (no para ganar dinero) en un mundo de abstracción y creación.... (Lorca)

”El toreo es, probablemente, la riqueza poética y vital mayor de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que la fiesta de los toros es la más culta que hay hoy en el mundo. Es el drama puro en el cual el español derrama sus mejores lágrimas y su mejor bilis. Es el único sitio a donde se va con la seguridad de ver la muerte rodeada de la más deslumbradora belleza.”(Entrevista de Luís Bagaría)

Sobre el Duende en el Toreo (conferencia dictada primero en Buenos Aires y luego en La Habana, en el año 1933):

“El duende en los toros adquiere sus acentos más impresionantes porque tiene que luchar, por un lado, con la muerte, que puede destruirlo; y por otro lado, con la geometría, con la medida, base fundamental de la fiesta. El toro tiene su órbita; el torero la suya. Y entre órbita y órbita, un punto de peligro donde está el vértice del terrible juego. Se puede tener musa con la muleta y ángel con las banderillas y pasar por buen torero, pero en la faena de capa, con el toro todavía limpio de heridas y en el momento de matar, se necesita la ayuda del duende para dar en el clavo de la verdad artística.

....; en cambio el torero mordido por el duende da una lección de música pitagórica y hace olvidar que tira constantemente el corazón sobre los cuernos. Lagartijo con su duende romano, Joselito con su duende judío, Belmonte con su duende barroco y Cagancho con su duende gitano, enseñan, desde el crepúsculo del anillo, a poetas, pintores y músicos, cuatro grandes caminos de la tradición española.”

“La liturgia de los toros, auténtico drama religioso, donde de la misma manera que en la misa, se adora y se sacrifica a un Dios. Qué es lo que representa el toro en la conciencia de los hombres ¿La energía primitiva y salvaje?. Es el bruto con toda su potencia oscura. El macho con toda su fuerza sexual. La corrida es la representación pública y solemne de la victoria de la virtud humana sobre el instinto bestial”

...Así pues, el torero es el ministro cruento en una ceremonia de fondo espiritual, su espada no es otra que el descendiente supérstite del cuchillo sacrificial que utilizaban los antiguos sacerdotes. Y así como también el Cristianismo enseña a los hombres a liberarse de las sobrevivencias bestiales que hay en nosotros, nada hay de extraño que un pueblo católico como el nuestro concurra a este juego sacro, aun cuando no comprenda con claridad la íntima significación espiritual del mismo.(Palabras de García Lorca en el Libro negro de Giovanni Papini)

Pasaron tres torerillos
delgaditos de cintura
con trajes color naranja
y espada de plata antigua(Arbolé)

En la corrida más grande

que se vio en Ronda la vieja.

Cinco toros de azabache,

con divisa verde y negra.

Yo pensaba siempre en ti;

yo pensaba: si estuviera

conmigo mi triste amiga,

¡mi Marianita Pineda!

Las niñas venían gritando

sobre pintadas calesas

con abanicos redondos

bordados de lentejuelas.

Y los jóvenes de Ronda

sobre jacas pintureras,

los anchos sombreros grises

calados hasta las cejas.

La plaza con el gentío

(calañés y altas peinetas)

giraba como un zodíaco

de risas blancas y negras.

Y cuando el gran Cayetano

cruzó la pajiza arena

con traje color manzana,

bordado de plata y seda,

destacándose gallardo

entre la gente de brega

frente a los toros zaínos

que España cría en su tierra,

parecía que la tarde

se ponía más morena.

¡Si hubieras visto con qué

gracia movía las piernas!

¡Qué gran equilibrio el suyo

con la capa y la muleta!

¡Mejor, ni Pedro Romero

toreando las estrellas!

Cinco toros mató; cinco,

con divisa verde y negra.

En la punta de su espada

cinco flores dejó abiertas,

y a cada instante rozaba

los hocicos de las fieras,

como una gran mariposa

de oro con alas bermejas.

La plaza, al par que la tarde,

vibraba fuerte, violenta,

y entre el olor de la sangre

iba el olor de la sierra.

Yo pensaba siempre en ti;

yo pensaba: si estuviera

conmigo mi triste amiga,

¡mi Marianita Pineda!...

(Mariana Pineda)

Con una vara de mimbre... va a Sevilla a ver los toros...