Dicen que hace años una ardilla podía cruzar España saltando de árbol en árbol. Hoy esa misma ardilla podría hacerlo saltando de tonto en tonto. Y todavía podría elegir sobre qué tonto saltar. La última de este bendito país ha sido la de un conjunto de artesanos panaderos, que piden a la RAE cambiar el refrán Pan con pan, comida de tontos porque denigra al alimento y a los artesanos que lo elaboran. ¡Ay, señor!. Hace no mucho, una asociación de cosméticos de nuestro amado país también pidió no usar el termino ‘maquillar’ con sentido similar a ‘maquillar las cuentas’ o ‘maquillar un resultado’, porque también daba una imagen peyorativa del sector. Y es que España es un no parar, en esto de la tontería refranera. Poco debe faltar para que salte alguna Asociación de Adolescentes con Acné pidiendo a la RAE que se cambie el dicho Separar el grano de la paja, porque no ve por qué no puede haber compatibilidad entre el florecer del barrillo juvenil y el despertar sexual onanista. O que alguna Organización por los Derechos del Animal proteste por el refrán Cada oveja con su pareja” alegando que la oveja es un ser capacitado naturalmente para elegir de motu proprio si quiere vivir su vida en solitario o balar pegados, como cantaba Sergio Dalma. Tampoco les extrañe que salga algún naturalista pidiendo la revisión de los mamíferos, excluyendo a los que no sueltan algún llanto, porque El que no llora, no mama. Visto lo visto, no sé si será por el pan, pero... cuanto tonto hay.