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Actualizado: 03 feb 2018 / 23:00 h.
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  • El arrepentido

Dicen que la gente suele arrepentirse más de lo que no hace que de aquello que hizo, tiene sentido. Cuando se te presenta una oportunidad y no la aprovechas por miedo, dudas o por el motivo «x», al cabo de un tiempo, terminarás preguntándote: «¿qué habría pasado si...?», como la posibilidad quedó en el aire, el resultado de tu hipotética acción será una incógnita para siempre y eso acaba provocando arrepentimiento, te estanca en el pasado, en ese momento de «oportunidad escurrida entre los dedos» y te acabas sintiendo culpable, pesaroso. «Arrepentirse» consiste precisamente en eso, en sentir pesar por, mayormente, lo que no llegaste a hacer (también puede ser por lo hecho), no ser consecuente con tus decisiones; en cierta forma podría decirse que «arrepentirse» es renegar de uno mismo, de las decisiones que tomaste (o no) en ciertos momentos de tu vida y eso no es muy saludable (ni mental, ni emocional, ni físicamente).

El arrepentimiento es un concepto profundamente ligado a la realidad de decidir (proviene del latín decidere y significa resolver) y suele aparecer a «toro pasao», cuando ha transcurrido el tiempo y echamos un vistazo a aquello que «quedó en el tintero»; si el tintero está a rebosar, da la sensación de que hemos resuelto poco y nos ensuciamos, casi literalmente, manchando nuestros pensamientos y emociones con las manchas negras que desbordan el «tintero» de los asuntos pendientes... Si no vuelves con celeridad a la realidad, esos manchurrones podrían transformarse en una serie de agujeros negros cuya función es absorber tu energía y no dejarte avanzar... pero tranquilo, esto sólo sucedería si eres de los que dejan que se desborde el tintero y ese no es tu caso, ¿no? Cuando se acumulan muchos arrepentimientos, empiezas a vivir en una especie de «limbo vital»: porque está claro que no vives en el presente, tu cabeza está en otra parte... pero tampoco vives exactamente en el pasado porque, por lo general, te arrepientes de aquello que no llegó a pasar.

Melendi ha sacado, con la colaboración de Carlos Vives, un nuevo tema que se titula El Arrepentido, el principio de la canción dice así:

«Hoy voy a contar la historia del arrepentido, que viviendo en la memoria, se perdió el camino. Es hermano de ese que anda siempre en el futuro, pasa temporadas largas sordo, ciego y mudo...»

Me parece un tema estupendo, lleno de verdad. Y es que el arrepentido, efectivamente, se pierde el camino porque no vive en la realidad. Una persona que constantemente se arrepiente denota inseguridad, tristeza, pasividad, culpabilidad, desubicación... En el caso de las oportunidades perdidas, pasa el tiempo machacándose con las consecuencias de su inacción y pensando cómo le gustaría viajar al pasado para actuar de otra manera; mientras tanto, algo pasa sin pena ni gloria: su vida, como decía la canción de Melendi: «pasa temporadas largas sordo, ciego y mudo», sus sentidos quedan como suspendidos temporalmente, en modo stand by, esperando que a sus pesares (reales o imaginarios) les diga bye bye! y cuando por fin quiera recobrar sus sentidos, no reconocerá su propia voz, ni su reflejo en el espejo, ni los sonidos que le rodean... todo cambió mientras él vivía sumergido en algo que ni siquiera había ocurrido; claramente no vivía en el presente, pero tampoco en el pasado o en el futuro, pasó demasiado tiempo instalado en una suerte de «lado oscuro»...

EL PRINCIPIO JEDI: LA FILOSOFÍA DE ‘EL CONVENCIDO

En la conocida saga Star Wars, los representantes del lado oscuro de la Fuerza eran los Sith, el arrepentido pertenece pues a la Orden de los SITH porque Sufre a cada Instante (por lo que hizo o no hizo) y así Trunca su Historia, el arrepentimiento es un freno vital que no le permite avanzar y hasta que no lo desactive, estará cada vez más sumergido en el lado oscuro.

En contraposición a los Sith, los caballeros Jedi eran seguidores del lado luminoso de la fuerza, garantes de la paz, la sabiduría y la justicia (pero si eres fan de Star Wars, esto ya lo sabías). Para luchar contra el lado oscuro, nada mejor que recurrir al Principio JEDI: Juega con tus Experiencias y Disfruta cada Instante. Desglosemos sus dos partes:

–Juega con tus Experiencias: Cada paso que das en tu vida, aciertos y equivocaciones, son fruto de tus decisiones y la suma de todos ellos han hecho de ti la persona que eres a día de hoy ¡no reniegues de ti mismo! No te juzgues por tus errores sino Juega con tus Experiencias.

En su día tomaste una decisión, ahora no te martirices sino aprende de la experiencia que has creado. Cuando un niño juega, lo hace con alegría, con el único fin de disfrutar y, casi sin proponérselo, va desarrollando capacidades nuevas. Jugar con las Experiencias que has creado al decidir o no decidir hacer algo, es mucho más saludable y productivo –en todos los sentidos– que pasar la vida martirizándote, arrepintiéndote de lo que podía haber sido y no fue. No vivas en él «y si...», vive en el «¡es!», juega con él, alégrate y desarrolla nuevas habilidades.

–Disfruta cada Instante: En lugar de hacer como «el arrepentido» y quedarte «sordo, ciego y mudo», agudiza tus cinco sentidos y vive como el convencido, sacando el máximo partido de cada momento. Literalmente, dis-frutar es «sacar el fruto», quedarte con lo más positivo de lo vivido y de lo que estás viviendo, esa es la filosofía de «el convencido».

Una persona que cuenta en el haber de su vida con más convicciones que arrepentimientos: ése es el convencido, alguien que denota seguridad, que genera y transmite confianza, alguien junto a cuya compañía sientes que avanzas porque vive en el presente, siendo consciente de su valor, potenciándolo, disfrutando y haciendo disfrutar a su gente. El convencido no es infalible, también puede equivocarse, pero, en contraposición al arrepentido, lo que seguro no hará es martirizarse.

Y tú, ¿quién eres? ¿perteneces a los SITH: los que Sufren a cada Instante y Truncan su Historia o eres JEDI: Juegas con tus Experiencias y Disfrutas cada Instante? ¿arrepentido o convencido? La prueba del algodón: mira a ver si vives la vida con los cinco sentidos.