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Actualizado: 29 jun 2022 / 21:10 h.
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  • El hambre desintegra a Kiko Matamoros

Mañana, Kiko Matamoros va a ser expulsado de Supervivientes. Estoy seguro. Y no le va a venir del todo mal porque, si sigue por el camino que transita, se va a desintegrar. Todo lo que se ha operado; esto es, todo; se le está cayendo a causa del efecto de la gravedad, del paso del tiempo, del hambre, de la mala leche y gracias a cualquier cosa que quiera usted añadir.

Me pregunto por qué se operan algunas personas buscando un aspecto más atractivo. Comprendo que si alguien tiene un complejo que no le permite vivir con normalidad decida operarse para que su nariz le agrade o sus orejas quedan más pegadas a la cabeza. Lo que me cuesta es comprender cómo es posible que alguien se opere de todo sin tener grandes problemas. Me pregunto si al operarte sigues siendo tú mismo y pienso, antes de contestarme, en Rocío Flores, la hija de Rocío Carrasco. Esa chica ya no es ella, al menos, aparentemente. Y todos lo sabemos, igual que todos sabemos que en unos meses sí volverá a ser lo que era. A esta muchacha le pasará lo que le está ocurriendo a Kiko Matamoros. Todo tiende a su ser. Esto de las operaciones estéticas es parecido a edificar en el cauce de un río que suele estar seco; cada cierto tiempo todo lo construido se va al garete.

Otra cosa que me resulta curioso es cómo muchos intentan tener menos grasa en las piernas o menos arrugas en el rostro y cómo se juegan la vida entrando en un quirófano para que le dejen más bonito que un San Luis. Y me resulta sorprendente porque no hacen nada, esos mismos sujetos, para cultivar un poquito la inteligencia. Leyendo un librito y esas cosas. ¿No se dan cuenta que pueden estar más delgados aunque son igual de brutos? ¿Tengo que pensar que lo importante para todos estos famosillos es su aspecto y que les da igual ser más tonto que un pie?

Pues nada, ya lo tengo claro: son ellos, no pueden arrepentirse de lo que son. Solo los que matan complejos cambian su vida de forma notable.

Kiko Matamoros va a la calle con toda seguridad. Tengo ese pálpito. Y, así, tendrá la oportunidad de engordar unos kilos, contener la mala baba, reflexionar sobre su comportamiento egoísta y, seguramente, retocarse el cuerpo entero. A ver si tengo razón.

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