Image
Actualizado: 16 abr 2015 / 15:46 h.
Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
  • El mal ‘bajío’ que da el favoritismo

La trayectoria del Sevilla Fútbol Club en Europa le ha dado la oportunidad de sentirse uno de los clubes más respetados en la segunda competición continental. Es el más temido en todos los sorteos y eso que no gasta 60 millones en jugadores ni maneja los presupuestos de equipos como, por ejemplo, el próximo rival en Europa League. El Zenit es uno de esos clubes que a golpe de talonario ha confeccionado una plantilla muy temible pero no por ello imposible de batir. Si estuviésemos hablando de cualquier otra competición, no me atrevería a escribir esto, a sabiendas de que algún sevillista incluso se molesta por el favoritismo de su equipo. Ya sabemos cómo funciona esto de las supersticiones: basta con sentirse seguro de ello para caer todavía más rápido. Es lo que vulgarmente llamamos mal bajío. Propio de gatillazos y tropiezos de enjundia cuando mejor pinta la cosa. No soy yo mucho de ese tipo de supersticiones y mucho menos de creerme aquello de la mala suerte. Nada es gratis y todo se logra con el trabajo. Y de eso este equipo anda sobrado. De trabajo quiero decir. Y si no me cree, eche un vistazo a los números. Está a punto de conseguir los mejores números de la historia. No en vano, entiendo la superioridad que se le achaca a la entidad en todas las apuestas. Hasta la fecha, muy poquitos han podido empatar sus registros como campeón en este torneo. De conseguir otro trofeo, se convertiría en el único equipo del continente en haber sumado cuatro de ellos. Pero ahí no queda la cosa. Para mayor satisfacción del sevillismo, el listón quedaría aún más alto siendo el único capaz de conseguirlo de forma consecutiva en dos ocasiones. Todo esto vuelve a llevarnos al principio y seguro que más de uno al leer esto que escribo piensa para sí mismo: ¡ea, basta con decirlo para que no pase! Pues mire usted: este equipo ya ha demostrado de lo que es capaz en su competición fetiche y el Zenit no es más que Oporto, Valencia o Gladbach, por citar los más cercanos, o aquel Schalke de la primera UEFA. Y no es ojana. Que le pregunten a estos anteriormente mencionados o al propio Zenit cómo se las gastan los de Nervión en la que sigue siendo su copa. Ser favorito tampoco es tan malo.