Image
Actualizado: 10 nov 2022 / 17:02 h.
Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
  • El mundial de Qatar es una vergüenza para todos

Un tal Khalid Salman es el embajador qatarí para la Copa Mundial de Fútbol que se disputará en su país este mismo año. Este sujeto dice que ‘la homosexualidad es un daño mental’. Dice muchas más majaderías aunque con esta ya nos podemos hacer una idea del nivel que vamos a tener que aguantar durante los próximos días. Y no, esto no tiene nada que ver con las tradiciones y la cultura de otros pueblos que hay que respetar; esto es la muestra del terrible mundo que tenemos a nuestro lado y que tenemos que aguantar sin rechistar por si acaso nos dejan sin combustible.

¿Por qué se va a jugar un mundial de fútbol en un país en el que los homosexuales son perseguidos sin piedad; en el que las mujeres son ciudadanas de segunda clase; en el que los inmigrantes casi no son considerados personas? ¿Por qué la falta de decencia del mundo occidental es tan abrumadora y se ha instalado en nuestra cultura sin que nos moleste? Aceptar un mundial en estas condiciones es, efectivamente, indecente.

Tal y como recordaba, hace unos días, el entrenador del Sevilla F. C., Jorge Sanpaoli, todo ha sido por dinero y las quejas ya no sirven de nada. Un país que no se lo merece, que nos hace sentir vergüenza ajena por muchas razones; un mundial en pleno otoño con las ligas iniciadas hace semanas; un desastre humano protagonizado por cientos de muertos al construir los estadios de fútbol en los que se jugarán los partidos; un país en el que la mujer necesita un tutor para hacer las cosas más básicas... Nos ha quedado una competición preciosa. Eso sí, el primer día de campeonato cientos de millones de espectadores estarán pegados a la pantalla para ver fútbol olvidando todas las miserias de las que debemos avergonzarnos.

He decidido no ver ni un minuto de los partidos que se disputen. Ya sé que es un gesto enano que no servirá de nada. Pero si todos hiciésemos lo mismo, otro gallo cantaría.