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Actualizado: 11 feb 2023 / 10:57 h.
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  • El OVNI de Alaska y el disfraz de pescador

Una pandemia falsa (eso dicen los negacionistas), volcanes (erupciones generadas por los Gobiernos asesinos de todo el mundo según dicen algunos), nevadas históricas (creadas con máquinas ideadas por científicos secuestrados tal y como afirman los amigos de las teorías conspiratoides), Irene Montero siendo ministra (sin comentarios), una guerra en Europa (siempre ha habido un loco en este mundo dispuesto a romperlo todo) y, ahora, un OVNI derribado por el ejército de los Estados Unidos de América (igual era un satélite uruguayo fuera de control, a saber...). Esto del OVNI ha sido en el espacio aéreo de Alaska, el objeto era del tamaño de un coche pequeño y, al parecer, representaba cierto peligro para la aviación comercial. Un caza estadounidense le ha enviado un pepino explosivo y se acabó el Objeto Volador No Identificado. Hace unos días un globo espía, hoy un OVNI ¿qué será mañana? ¿Qué más puede pasar? Pues sí, hay cosas mucho peores, por ejemplo que quieran disfrazar a nuestros hijos de pescadores para divertirse en los carnavales. ¿Qué mente puede idear semejante infamia? ¿Un niño disfrazado de pescador siendo vegano? (Bueno, en realidad, vegana es la madre y el niño lo es porque lo dice ella).

El grado de idiotez que estamos alcanzando es colosal. Y la usurpación de la vida de nuestros hijos ya es enfermiza. Una señora es vegana y sus hijos, por narices, también lo son. Si tiene cinco años como si tiene cuarenta. El caso es que los hijos deben ser reflejo de lo que somos. Nos importa un huevo si es feliz o no, el caso es que sean veganos y no se disfracen de pescador.

Si hay suerte el reflejo mola, si no la hay... no vas al carnaval porque mamá es muy tontita.

Decir que los principios morales y éticos son intocables, casi sagrados, al referirse a los de un niño de ocho años, es un ejercicio de idiotez fuera de lo normal. Y dar importancia a estas cosas cediendo espacio en las redes o en los programas de televisión un error y una temeridad. Si esta señora no quiere llevar a su hija disfrazada de pescadora es su problema. Tanto como si alguien cree que el SARS-CoV-2 es una invención o el OVNI de Alaska un pato loco llegado de El Cairo.

Qué fatiga y qué cansancio más grandes.

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