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Actualizado: 10 dic 2019 / 08:13 h.
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  • Foto: EFE
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Parece inevitable un gobierno de coalición Psoe-Unidas Podemos con el apoyo de Esquerra Republicana y que nos comeremos las uvas con ese gobierno, una nueva experiencia política en España, puesto que nunca ha habido Gobierno de coalición ni de derechas ni de izquierdas. Por tanto, es una incógnita, una ruina para muchos, aunque otros opinan que puede dar resultado y que este nuevo sistema de régimen puede llevar a cabo las famosas reformas que el país necesita, que eso viene de largo, lo de las dichosas reformas estructurales. Los empresarios están temblando y parece que los inversores extranjeros miran más a Portugal que a España, lo que no es ni mucho menos una buena noticia. O sea, que Pedro Sánchez va a seguir en la Moncloa pero con Pablo Iglesias de vicepresidente del Gobierno y algunos ministros o algunas ministras de Unidas Podemos. No creo que Sánchez vaya a rectificar porque sabe que su electorado verá con mejores ojos este nuevo invento con la ultraizquierda que un acuerdo con Partido Popular y Ciudadanos, claramente constitucionalistas, porque eso sería hacer negocios con la derecha y Sánchez es egocéntrico, presuntuoso y poco amigo de la verdad, pero no tonto. De hecho ha llegado a lo que ha llegado porque no es precisamente un patán. O en todo caso, es un tonto listo, que dicen en mi pueblo. Tiene, además, cierta prisa ya que sabe que si no consigue pronto apoyos para su investidura sería su muerte política porque no creo que quisiera volver a medirse con los dos Pablos en unas nuevas elecciones, e incluso con Santiago Abascal, que a pesar de sus torpezas, de él y de los que le rodean, que son de coco y huevo, tiene un enorme tirón electoral y nos podría dar un disgusto primaveral. Sánchez lo sabe y va a ceder todo lo que haya que ceder ante los independentistas, que aunque anden de teatro, con el tira y afloja, lo quieren en la Moncloa en vez de a un Casado apoyado por Abascal, porque Ciudadanos está ya en vías de evaporarse. El tema está más que cerrado pero tienen que dar a entender que no es coser y cantar y que están muy preocupados por los ciudadanos. Así que si ya parece inevitable el Gobierno de coalición aparentemente ruinoso antes de que eche a andar, lo deseable sería que saliera bien el invento y que se hiciera, de una vez por todas, política de izquierdas, lo que llaman política progresista, aunque yo creo que no hay nada más liberal que un sistema político que cree empleo, riqueza y seguridad, que apueste por la cultura y la educación y que mejore las condiciones de vida de los más desfavorecidos. Y esto no parece que vaya a ser posible con el futuro Gobierno de coalición, entre otras razones porque será complicada la gobernabilidad y, en gran parte, porque habrá una oposición que dará bocados, de perros rabiosos, por la cuadrilla que ha entrado en el Congreso de los Diputados.