Image
Actualizado: 18 jul 2021 / 16:58 h.
Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
  • Gabriel Rufián. / EFE- Archivo
    Gabriel Rufián. / EFE- Archivo

Hay que reconocer a Gabriel Rufián una enorme habilidad para generar debate en las redes sociales, especialmente en Twitter; cierto ingenio y una fina ironía que, muchas veces, se le va de las manos y se convierte en sarcasmo o gamberrismo faltón. Sea como sea, Rufián no se esconde, da la cara como hace en el Congreso de los Diputados, y mete la pata con una frecuencia que da mucho de sí para que en la Internet se publiquen miles de mensajes acerca de lo que dice o insinúa. Divertido es. Y poco más, porque no le veo yo leyendo el prólogo de «La tía tula» escrito por el propio Unamuno y creo que eso de la matria lo defiende de oído. Por cierto, ojo al criticar lo que dicen algunos (en este caso la ministra de Trabajo) porque la ignorancia es muy atrevida y el ridículo se hace con facilidad. Lo que dijo Yolanda Díaz tiene un porqué aunque muchos los desconozcan. Tacharlo de bobada es un atrevimiento.

Aprovechando (supongo) eso que ha dicho sobre la patria y la matria la Ministra de Trabajo del Gobierno de España, Rufián ha publicado un tuit que decía lo siguiente: «Mejor amar a un país llamándole matria que saquear un país llamándole patria». No hace falta decir que cientos de personas se han lanzado al ataque contra Gabriel Rufián. Le han dicho que no fuera tan duro con los Pujol; que no se bajase, ahora, del tren independentista y cosas por el estilo. Si dices algo tan grueso sin tener en cuenta que te envuelve un problema similar, arriesgas demasiado. Ir de gracioso cuando estás arrimado a la caspa política, al desfalco disfrazado de Molt Honorable President, es demasiado comprometido.

Efectivamente, son muchos los que han saqueado su propio país en los últimos siglos. Y no son pocos los que lo han hecho hace un rato. En Cataluña no han faltado escándalos en este sentido y la golfería en Cataluña tiene una potencia bastante parecida a la del resto de España.

El señor Rufián ha elegido una profesión (sí, profesión puesto que todos estos políticos se dedican a eso, a la política; y no saben lo que es trabajar de otra cosa, ni lo harán nunca jamás; por eso quieren ganar a toda costa; mantener el puesto de trabajo es esencial); ha elegido una profesión, decía, que no da tregua. Siempre estás rozando la corrupción, la prevaricación, la malversación, los meandros legales que provocan vergüenza entre la ciudadanía, la mentira, la guerra fratricida y la deslealtad. Y tener el dedo flojo para publicar mensajes públicos es una forma fácil y segura de recibir respuestas que hundirían a cualquiera. A los políticos, incluido Rufián, no les provoca demasiados daños porque no tienen vergüenza, pero a una persona cualquiera que quiera tener la dignidad intacta le destrozaría.

Señor Rufián es usted graciosillo aunque algunos preferiríamos contar con políticos inteligentes, con criterio y valor para defender las ideas. ¿Es usted uno de ellos?