Image
Actualizado: 02 mar 2023 / 04:00 h.
Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
  • Juan Bernardo Fuentes Curbelo. / EFE
    Juan Bernardo Fuentes Curbelo. / EFE

En la vida hay bastantes desgracias con las que hay que cargar, desde el fastidio de tener que morirse hasta la desgracia de asistir día sí y el otro también a asesinatos, suicidios, corruptelas y corrupciones. Ahora tenemos otra más en el PSOE. Los medios del bipartidismo periodístico se afanan por investigar a ver si extraen lo más mínimo o lo más máximo de sus rivales para que los políticos que sostienen a esos medios les saquen punta. Los medios apuntan y disparan y los políticos de su cuerda se encargan de esparcir la metralla. Esto es otra corrupción, la corrupción periodística, según la cual siempre son corruptos los otros, cuando aparece una corrupción en sus filas o miran para otro lado o la hacen pública, cuando no tienen más remedio, para buscar atenuantes y si es posible añadir que otros tienen la culpa. Por ejemplo, ahora con lo del tío Berni es que el PP quiere sacar fruto para sus campañas electorales lo cual es cierto, pero sería más ético investigar en todas direcciones y una buena dosis de autocrítica, de lo contrario, los potenciales corruptos saben que siempre habrá quien los defienda y quien siembre una duda razonable en la opinión pública y puede que en la justicia. Los medios trabajan para eso, según observo: para que los adeptos y adictos no dejen de serlo y para captar otros, si es posible.

Supongo que a muchos ciudadanos les vuelve a la cabeza la idea de que todos son iguales e incluso de que no van a votar a nadie. Si desean no votar que sea por razones y no por arranques emocionales porque la corrupción va implícita en el ser humano, va a seguir con nosotros y no se va a marchar. En las alturas políticas y sociales, la corrupción más burda se produce sobre todo en los seres más mediocres y como de eso España y otros países están repletos lo que hay que hacer es defender al menos malo de los sistemas porque en el que tenemos se descubren muchas barbaridades pero en dictaduras se están cometiendo grandes y pequeñas y nadie se entera. Ahora bien, si queremos vivir en la inopia apoyemos una dictadura y nosotros a ver el “clásico” que enfrenta a dos empresas futbolísticas tampoco ajenas a presuntas corrupciones.

Uno va con su voto a las urnas con la vaga esperanza de que las cosas cambien y por supuesto que cambian un poquito y para bien, pero la corrupción y las irregularidades no se van a ir porque las llevamos dentro. Por ejemplo, cualquiera de nosotros que pague un buen arreglo en su casa o una consulta en el médico privado sin factura con la que el Estado pueda llevarse su impuesto para revertirlo en nuestro bienestar está cometiendo una irregularidad, no una corrupción. De cualquier cantidad medianamente considerable el Estado debe llevarse algo, lo que sucede es que pensamos que si no se lo damos al Estado nuestro poder adquisitivo no sale perdiendo y el dinero se mueve, lo movemos nosotros. Pero luego no exijamos sanidad y educación de alta calidad si por falta de dinero tenemos los mismos médicos y profesores cuando las necesidades nuestras han aumentado.

Lo anterior son asuntos menores comparados con las corrupciones de alto standing de las que nos enteramos, en las que están siendo investigados destacados mandos de la Guardia Civil, empresarios y políticos, es decir, miembros del poder militar, del político y del estructural empresarial, todos ellos sirviéndose a sí mismos e ignorando sus juramentos de servicio a los demás y las responsabilidades sociales de las empresas. Con ello hay que cargar, la mala noticia es que existen y nos deprimen; la buena es que caen sus responsables que lo son cuando el juez lo diga, no cuando lo digamos nosotros o la prensa. Tendremos que cargar con eso y apoyar a las muchas otras personas que no se corrompen y que pueden hacer mejor las cosas. En este empeño, los medios de comunicación poseen una gran responsabilidad y las familias, el Estado y todos los centros de enseñanza deben encargarse de formar desde pequeños a los ciudadanos para que esta conducta propia de gente inmadura y podrida les repugne desde pequeños. Este requisito es imprescindible ya que, incluso llevándolo a cabo, la corrupción va a proseguir. Guardemos la esperanza de que sea en menor medida.