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Actualizado: 10 ene 2022 / 04:00 h.
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  • Foto. EFE
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Dánosla hoy, si no es un medio es otro. Va a cumplir Sánchez dos años como presidente y llevamos dos años de encuestas para las próximas elecciones más otros dos más que nos esperan hasta los comicios. Y cada medio tira para su lado, la subida de la derecha PP más Vox la suavizan desde los medios progubernamentales afirmando que el PP está estancado y la bajada de la izquierda sosteniendo que la izquierda resiste. Los medios antigubernamentales hacen que las campanas suenen “ebrias de gozo” -como dirían Les Luthiers- a la vista de que ya casi le arrebatan a Puig el gobierno de Valencia. Más que periodismo lo que observamos son continuos carteles electorales, unas campañas electorales crónicas orquestadas por los medios, aquí vamos a tener que aplicarle a los medios de comunicación la frase que predicaba aquel cartel que apareció en Andalucía en la Transición: “Si el andaluz rico piensa en Madrid y el pobre en Cataluña, ¿quién piensa en Andalucía?”. Pues completemos el tema: “Si una prensa piensa en que el gobierno siga y otra en que caiga, ¿quién piensa en el periodismo?”.

Todo porque la derecha quiere ganar en las encuestas lo que no ha ganado en las urnas, porque sigue existiendo una derecha vieja y porque hay una izquierda vieja también que aún habla de lucha de clases y de “el pueblo” y otra izquierda más que se ha salido de las vías por las que decidió caminar -dentro del sistema- para aliarse con los nacionalismos destructivos no sólo de España sino de sus propios territorios porque son supremacistas y les da miedo el reto que supone la globalización que derriba fronteras, no las levanta.

En la Historia, la Edad Moderna con su mercado incipiente y sus mercaderes protocapitalistas, procedió a derribar las barreas feudales para que las mercancías fluyeran, así como las personas y la libertad de las ideas y de la ciencia. Esta dinámica originó enormes tensiones y tragedias mundiales, provocando, entre otros factores, el nacimiento y triunfo del comunismo en la Edad Contemporánea, así como su posterior hundimiento por errores propios y presiones exteriores. En este contexto, el capital ha seguido avanzando, lo que llamamos posthumanidad en realidad es una fase por encima de aquella fase superior del capitalismo que Lenin afirmó que era el imperialismo. No, ahora, cada vez menos, existe España o Francia o Estados Unidos o Rusia o China, todo se está tornando en un universo de negocios donde los capitales circulan en red y se alían porque el dinero no tiene ideología y tanto España como Chile crecieron durante las dictaduras de Franco y Pinochet gracias al apoyo empresarial propio y externo y las multinacionales estadounidenses operaban en la Alemania nazi y en el mundo árabe los grandes magnates llevan años aliados a sus colegas occidentales. Las fronteras se han venido abajo y los negocios arriba, son sobre todo las emociones las que levantan muros, aunque esas emociones tengan que ver con el abuso de los privilegiados.

En este panorama, a la prensa lo que más parece interesarle es quién va a ganar las elecciones dentro de dos años y de qué parte van a estar unos partidos nacionalistas destructores que, en el seno de la situación descrita, son simples pulgas que molestan al poder mundial y sin embargo en España son unas puñaladas de muerte. España no aprende, en España quien tenía que haber llegado a un acuerdo en estos momentos críticos son el PP y el PSOE, un PP y un PSOE haciendo tabla rasa del pasado para afrontar la mundialización de España y, con ello, la solución del problema de los nacionalismos fundamentalistas.

Las encuestas se dan a conocer sobre una base de humo, los votantes deben responder pero, ¿a qué programas electorales? Los partidos afirman que harían esto o lo otro sin que existan programas electorales actuales, todo es un imaginario, del dicho al hecho va un gran trecho. Responden los ciudadanos a qué, ¿a la desaparición de la España de las autonomías? Sería peor el remedio que la enfermedad. ¿A la aplicación del artículo 155 de la constitución? Lo mismo: peor el remedio que la enfermedad. ¿A la disolución de las leyes de memoria democrática, eutanasia, igualdad?, ¿disolución de los matrimonios de gays y lesbianas? Un paso atrás indudable. ¿Vamos a salir de la UE? Si es que aquí estamos discutiendo y publicando sondeos continuamente sobre la nada, no sobre el compromiso sellado y firmado; si es que nos pasamos los días especulando con lo que podría suceder dentro de uno o dos años mientras la vida nos va pasando por encima y otros países se suben no ya al tren sino al avión y al cohete del futuro...

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