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Actualizado: 15 mar 2023 / 15:57 h.
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  • La familia numerosa y la esperanza en el futuro

El índice de natalidad español está hecho unos zorros. Las parejas se piensan muy mucho si traer o no un niño al mundo y no son pocas las que deciden que ni hablar del peluquín. Las mujeres que deciden ser madres solteras son, cada día que pasa, menos. ¿Por qué ocurre esto? No hace falta pensar mucho. El coste de tener un hijo es abrumador, la conciliación de la vida laboral y la privada sigue pareciendo misión imposible, el mundo que vamos a dejar los padres a los hijos es un desastre, y las facilidades que se han dado o se dan por parte de los distintos Gobiernos son entre ridículas e insultantes. Tener un hijo, tal y como están las cosas, es el resultado de una apuesta arriesgada y casi loca.

Tengo cuatro hijos y creo que puedo hablar con cierto criterio de lo que es mantener una familia numerosa en este mundo. Ya les digo yo que es una aventura difícil y arriesgada; es como bajar una cuesta subido en una bicicleta sin saber si los frenos funcionan. Tengo cuatro hijos y sé lo que supone el temor del padre que mira al futuro (que él no vivirá), la intranquilidad que supone saber que los chicos se enfrentarán a problemas desconocidos hasta ahora y que no podemos ni imaginar en qué consistirán. Tengo cuatro hijos y eso supone que tengo cuatro preocupaciones que llevo siempre a cuestas. Pero, también, he aprendido que son ellos los que han llegado a este mundo para arreglar lo que hemos estropeado sus padres y sus abuelos. Ellos lo dicen si expresas la preocupación: ‘Tranquilidad, ya estamos nosotros aquí para resolver estos problemas’. Es decir, dicho todo esto, sólo puedo pensar que lo que tengo en casa son, en realidad, cuatro esperanzas. Todos los niños y jóvenes del mundo son esperanzas. Sin duda alguna.

La única forma de enmendar el estado del índice de natalidad es ayudar a las personas que quieren ser padres y madres. Los Gobiernos deben apostar por fomentar los nacimientos. Políticas de vivienda que permitan tener hijos sin pensar que llega el fin del mundo, ayudas a aquellos que aportan la futura mano de obra (les recuerdo que si siguen así las cosas, con el bajo número de personas que cotizarán, las pensiones estarán muy en peligro tal y como las conocemos; además, habrá que tirar de inmigrantes a todo tirar). Si tener hijos no se potencia por parte del Gobierno, el problema crecerá y crecerá.