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Actualizado: 02 ago 2021 / 07:26 h.
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  • La nueva Triana. Apague y corra

Dicen los rancios sevillanos que Triana es una obra divina llena de providencia donde todo fluye como en ninguna parte de Sevilla. Por eso, en Triana se sabe que entrar en conflicto con el prójimo es contrario a la naturaleza trianera. Aquí, cuando nos enfadamos nos damos media vuelta y se acabó. En Triana es tan difícil distraerse que continuamente vomitamos el aire que respiramos y, de nuevo, nos lo tragamos para seguir andando; es nuestro hálito de vida. Pero bien es cierto que en esta Sevilla no prestamos atención a las cosas hasta que no hay vuelta atrás. Triana necesitaría tener esa facultad de sevillana inteligente y fijarse como desaparece rápidamente todo lo que la naturaleza le puso por delante; desde las personas hasta los recuerdos. Si con los acontecimientos que están ocurriendo en este barrio a consecuencia de los emisarios mandados desde Plaza Nueva Triana empieza a chochear este barrio comenzará a tener carencias para respirar, alimentarse e inclusive para tener sus propios impulsos. Si no nos damos prisa, Triana se estará acercando más a su muerte y tendremos que ir en busca de Gasán, Paco Solís o Jesús Daza para que enseñen fotografías de la verdadera fiera social que era Triana durante siglos porque al igual que Hipócrates sanó a muchos enfermos para finalmente enfermar y morir, si a Triana no le cuidan su ADN, seguirá sanando a Sevilla como ciudad, pero morirá más pronto que tarde. Les recuerdo como la insistencia de un trianero fallecido como Ángel Bautista hizo que en el hoy Museo de la Cerámica no se construyera una promoción de viviendas al estilo cutre costero que destruía todos los hornos alfareros con los que Triana ha fecundado gran parte del mundo. Quizás fue ese el inicio de una filosofía municipalista contra Triana que en algunos casos no le salió bien a Plaza Nueva porque existían vecinos que, aunque no tuvieran pan, permanecían firmes en la razón.

En Triana, donde antes existían corrales como el de los piojos, el de las flores, etc. y casi 80 corrales entre la Real Parroquia de Santa Ana y la Parroquia de la O, ahora se observan edificios estéticos difíciles de entender donde se muestra la soberbia de un Urbanismo sevillano que se conforma solamente con hacer caja empapando de insensibilidad a toda una Calle Castilla, femoral del barrio. Podría salvarse de tal salvajada la rotulación de un pequeño pasaje a la familia Ariza -historia de un barrio- pero lo noticia de la próxima construcción de un edificio de nueve plantas como residencia de estudiantes (piscina, garaje y trasteros incluido) en plena Calle Castilla ratifica que no somos objeto de compasión por parte del socialismo sevillano por su ignorancia de lo que es bueno o malo para Triana. Con estos movimientos toscos, los trianeros pueden que próximamente quieran vivir para huir del barrio. Interesantes iniciativas ecológicas como los edificios con jardines verticales diseñados por el paisajista Ricardo Librero en vías principales del barrio son contrarrestadas con zonas de cemento puro como la geografía de Chapina o el propio muelle camaronero donde tras inversiones millonarias, el socialismo municipal ha dejado morir para rasgar a Triana parte de su historia tan sevillana como la propia Giralda.

Recuerdo como hace pocos meses se quiso cambiar el monumento de Rodrigo de Triana desde su posición actual frente a la Iglesia de los Paúles hasta la Calle Betis.......y lleva allí desde 1973. Supongo que dentro de poco querrán llevarse la estatua de Juan Belmonte a los pies de la Torre Pelli y así sucesivamente en la humillación a Triana. De hecho, ya tiene fecha de caducidad la actual Plaza de San Martín de Porres -expropiada ya de su monumento al tranvía- con el nuevo plan de movilidad del socialismo municipal donde desaparecerá para convertirse en un nudo de viales al más puro estilo del Madrid contemporáneo. En contraposición, la antigua calle Cisne, pequeña y escondida, se rotula ahora como Orfebre Juan Borrero a pesar de ser uno de los talleres trianeros que mayor realce de piezas ha dado a Sevilla y a Triana.

Ser inteligentes no es cosa común por estas calles de la ciudad porque si desde el siglo XV Sevilla se abastecía de víveres desde el Aljarafe pasando por la calle San Jacinto y atravesando el puente de barcas, sospecho de la enemistad y odio al barrio cuando se peatonaliza parte de San Jacinto, dejando a la calle Betis -zaguán de todos los trianeros- huérfana de ser la calle peatonal por excelencia donde se habla con Sevilla. Desde entonces, aquel capricho del socialismo sevillano esclavizó la movilidad del barrio que intenta perseguir un imposible para encontrar la solución de la movilidad en Triana. Aquel proyecto de escándalo acabó con el cargo de delegado de Triana en menos que canta un gallo -no creerán ustedes que el pato lo pagaría el alcalde-. Y lo patético es que la única solución prevista ahora es hacerla completamente peatonal desde San Martín de Porres, convirtiendo la movilidad en un fantástico y penoso laberinto vial. Triana, tan de Sevilla como la misma Plaza de San Lorenzo, está perdiendo su carácter femenino por otro más bruto y reseco. Por eso les digo que el socialismo municipal de Sevilla es ciego con Triana porque guiña el ojo de la inteligencia y es forastero de este barrio porque no conoce sus sucesos. Para muchos políticos de hoy en día, Triana es flor de un sólo día. Una pena bastante amarga.

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