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Actualizado: 19 feb 2021 / 09:24 h.
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  • Jorge Gil - Europa Press
    Jorge Gil - Europa Press

Lo hinchado o subido que tiene que estar el rapero Pablo Hasél viendo que todo lo que se está formando estos días en las calles es porque lo han encarcelado. “Habrá manifestaciones”, dijo dos días antes de su detención, como dando una orden en clave a alguien. ¿A Echenique? Por cierto, cada vez que veo al portavoz de Unidas Podemos en el Congreso hablando por la televisión me acuerdo de un vídeo muy gracioso del Mudo de Jerez, que deberían buscar en Facebook. Lo llama Ichiniqui. A lo que íbamos. Que miembros de un partido que está gobernando animen a la violencia en las calles es lo nunca visto en España y ya estamos sabiendo las consecuencias. ¿Ha cesado Pablo Iglesias a su portavoz por semejante barbaridad? No, porque Podemos subirá en las encuestas cuando España acabe de arder por la revolución Hasél. La izquierda radical en su salsa y la extrema derecha subiendo, sin duda como consecuencia de la entrada de Iglesias y su astrosa tropa en el Gobierno. ¿Acabará Sánchez con esto? No, porque está encantado de que toda esta violencia callejera no sea contra él sino contra los jueces que encarcelan a “cantantes”, como llaman algunos al rapero de cristalitos en las tripas. Llamarlo de esta manera, o “artista”, es como llamar “cantaora” a Rosalía. Pero no perdamos el hilo. Ahora que parece que se puede ir viendo la luz al final del túnel y que en verano podríamos estar más o menos tranquilos, con la faltita que nos hacen las dos cosas, la detención y encarcelamiento de un rapero con cara de odiar el orden y su propia cara de imbécil está incendiando las calles y mandando un mensaje a los inversores, el de que tiren para otro lado porque aquí hasta desde el Gobierno animan a tirar adoquines a la cabeza de los policías. Es justamente lo que necesitábamos para ir saliendo del infierno de la muerte, el paro y la ruina que nos han traído un virus y el peor Gobierno de la democracia. Todo es un desastre, da miedo poner la televisión o leer un periódico, porque el caos es tremendo. Y el presidente del Gobierno, escondido.

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