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Actualizado: 02 ago 2020 / 04:00 h.
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  • Multimillonarios, os toca: Todo por la Patria, ¿verdad?

Menos asustarnos con la ruina socioeconómica del virus y más rascarse el bolsillo los multimillonarios del mundo en general y de España muy en particular. Los economistas dóciles e integrados no hacen más que lamentarse, alarmar a la gente y echarle la culpa al gobierno. Pero en España hay un señor con una fortuna superior a los 50.000 millones de euros, un patrimonio neto de unos 63.000 a 72.000 millones según distintas fuentes y un rey emérito que, supuestamente, regala decenas de millones a sus amantes y recibe regalos de coches que valen 700.000 euros. Además, los seis -sólo los seis- multimillonarios más relevantes de España suman bastante más de 100.000 millones de euros de patrimonio.

Si “morimos” nosotros podrían “morir” ellos

No me cabe duda de que todas estas personas llevan a cabo una labor social imprescindible, al menos hasta el momento no hemos inventado otro sistema que le permita al ser humano desarrollar ese impulso emprendedor irresistible que posee y que tanto influye para lo bueno y para lo malo de la especie a la que pertenecemos. Su trabajo, sus empresas, sus puestos de trabajos, sus logros y sus miserias están ahí y eso supone una tensión emocional terrible porque ser multimillonario también tiene un precio que pagan ellos y pagamos todos.

Sin embargo, ahora les toca hacer patria, más patria todavía, que no se quede sólo en donaciones, lo que deben hacer son negocios patrióticos porque ya se sabe que los multimillonarios están tomando más conciencia de la gravedad de la situación y si caemos todos puede que caigan ellos, aún no hay humanoides que nos reemplacen y aunque los hubiera -que puede haberlos- nos tendrían que eliminar a muchos -físicamente o con lobotomías de todo tipo- para que nos estuviéramos quietos y no reaccionáramos como el movimiento husita en su tiempo, destrozando máquinas que nos impiden vivir.

Más del 40 por ciento de la mano de obra en algunos países es perfectamente reemplazable por máquinas, cada vez contactamos más con máquinas, con el banco o con las compras online que han aumentado espectacularmente. Si ya estaban en auge antes de la pandemia, según informa el diario Expansión, “durante el estado de alarma, el e-commerce (comercio electrónico) se ha disparado de forma exponencial. La venta online en España ha crecido un 80% hasta la primera quincena de abril de este año, según los últimos datos aportados por la consultora Nielsen. Pero sin duda, uno de los sectores que más ha notado este crecimiento ha sido la alimentación. Según datos de la startup Doodfinder, las consultas online en ese sector han aumentado un 164%”. Bien, pues en esa dinámica la máquina es quien nos suele atender. Las tiendas se vacían no sólo por la crisis sino porque preferimos actuar online.

Sí, pero para comprar hay que tener dinero

En efecto, sea en persona o sea online, para consumir hay que poseer un mínimo de liquidez y en el momento actual las colas del hambre aumentan y los que poseen ingresos tienen miedo de lo que se pueda avecinar. En las crisis, la desconfianza es una de las peores enemigas, de hecho, no nos habíamos recuperado aún de la crisis de 2008 y en lo que llevábamos de recuperación la propaganda que hacía el PP de Mariano Rajoy sobre que íbamos muy bien, etc., era un factor clave de recuperación.

Pues en estos momentos los multimillonarios deben dar el do de pecho mucho más de lo que lo puedan estar dando porque no es de recibo y apesta a cualquier ética humana que haya personas que lo han perdido todo y tengan que acudir a Cáritas para comer mientras otros atesoran miles de millones de euros. Me alegro por ellos, pero su responsabilidad social es mayor porque ese dinero les ha llegado por dos vías principales: su iniciativa y el gasto de la sociedad en sus productos, sean cuales fueran. Y desde luego no ha sido la sociedad en general quien ha traído la pandemia ni las crisis periódicas que el mercado padece desde siempre, en una de las cuales estamos no sólo por el virus sino por la codicia del propio mercado.

Eduardo Serra, exministro de Defensa en el primer gobierno de José María Aznar, hombre no afiliado políticamente que ha desempeñados altas funciones en administraciones gestionadas por la Unión de Centro Democrático (UCD) y por el PSOE, ha lanzado desde El Independiente una idea que a su vez ha recogido del ejecutivo y economista Pedro Luis Uriarte.

En el citado diario, Cristina Castro escribía el 27/7/2020: “Una de las ideas que destaca Serra es la de que «los ricos compren deuda pública patriótica». «Es una propuesta de Pedro Luis Uriarte y sería una magnífica idea que no se ha escuchado aún. La idea es que el Estado emita deuda pública interna, para inversiones en Educación, Sanidad u otras necesidades perentorias ahora y los más ricos puedan prestar el dinero a un interés reducido». El abogado considera que esta medida sería «mejor que aumentar la presión fiscal que es sabido perjudica al crecimiento económico».

Los multimillonarios quieren soltar lastre (en 2020)

Por lo que hemos leído últimamente se deduce que los muy adinerados del mundo desean poner su montaña de arena para luchar contra el desastre actual. Como se sabe, han pedido que les suban los impuestos, es decir, por una parte tenemos su dinámica propia de querer invertir para lograr beneficios -y eso se puede hacer endeudando a los estados razonablemente y a largo plazo, por ejemplo- mientras que por otra demandan pagar más impuestos.

Ahí están entonces los llamados Millonarios para la Humanidad. Desde la heredera de Walt Disney Co., Abigail Disney, hasta el exdirector gerente de BlackRock Inc., Morris Pearl, más de 80 millonarios de Estados Unidos y otros 6 países piden que les suban los impuestos para ayudar a pagar las subvenciones a los más afectados por la pandemia de COVID-19. "No estamos entregando alimentos de puerta en puerta. Pero tenemos dinero, mucho. Dinero que se necesita desesperadamente ahora", informaba el grupo mediático estadounidense Bloomberg. Ellos mismos se llaman Millonarios para la HumanidadMillionaires for Humanity, en el obligado inglés— y piden que dicha reforma sea inmediata, sustancial e incluso permanente.

El pasado 13/7/2020, el diario Cinco Días nos hacía saber que los componentes de Millonarios por el Mundo habían elaborado una carta abierta en la que solicitaban que se les subieran los impuestos. “No es el primer recurso de este tipo que este grupo de millonarios lleva a cabo -expresaba el diario-. Incluso antes de la pandemia, un grupo de unas 200 personas ricas que se autodenominaban Patrióticos Millonarios, entre los que se encontraban Disney y Pearl, estaban presionando por un sistema fiscal más progresivo”. Y volvía a poner sobre la mesa algunos de los nombres dispuestos a soltar lastre, se supone que por el bien de todos: “Entre los miembros de aquella petición se encontraban la heredera de Disney, Abigail Disney, el fundador de Men’s Wearhouse, George Zimmer, el promotor inmobiliario Jeffrey Gural y Chuck Collins, heredero de la fortuna de Oscar Mayer. Para ser admitido en ese club era necesario tener ingresos anuales de un millón de dólares y activos por al menos cinco millones”.

Los antecedentes inmediatos franceses (2011)

Mientras lo anterior ha sucedido recientemente en EE. UU., hay que recordar que tenemos un antecedente inmediato en Francia de este estallido de filantropía. Allí, con motivo de la crisis anterior a la presente, un buen grupo de ricos pidieron al estado francés que no fuera tímido y les incrementara las contribuciones fiscales. Se cumplen en este mes de agosto nueve años del acontecimiento.

La web de la cadena de radio estatal Radio Francia Internacional (RFI) dio cuenta en 2011 de cómo un grupo de 16 empresarios firmaron el martes 23 de agosto de 2011 una carta en la que se muestran de acuerdo en instaurar una ‘contribución excepcional’ para reducir el déficit fiscal. En el mensaje explican su gesto diciendo que las deudas públicas amenazan ‘el futuro de Francia y Europa’.

Un total de16 acaudalados empresarios publicaron la carta en el sitio Internet de la revista Le Nouvel Observateur. Explicaban su gesto como una respuesta positiva al “esfuerzo de solidaridad” que solicitó entonces el Gobierno francés, decidido a ahorrar 14.000 millones de euros en los siguientes dos años. Estaba previsto que la deuda de Francia superara en 2011 el 86 % del Producto Interior Bruto (PIB) y que el déficit público se ubicara por encima del 7 %.

Un contexto muy difícil que evocaban los empresarios en su texto: “Somos conscientes de que nos hemos beneficiado de un modelo francés y de un entorno europeo al cual estamos estrechamente ligados y que queremos preservar”. La declaración fue publicada la víspera de que el Gobierno francés presentara un drástico proyecto de austeridad.

Ahora bien, en el caso francés, parece que la bondad tenía un límite, ya que los ricos contribuyentes afirmaban que su aporte debe ser “excepcional” y en proporciones “razonables”, en particular para “evitar fenómenos contraproducentes como la fuga de capitales”.

En la lista de firmantes figuraban, entre otros, Jean-Paul Agon, presidente de la empresa de cosméticos L'Oréal, Denis Hennequin, presidente del grupo hotelero Accor, Maurice Lévy, presidente de Publicis, Christophe de Margerie, presidente de la empresa petrolera Total, Frédéric Oudéa, presidente del banco Société Générale, Stéphane Richard, presidente del grupo de telecomunicaciones Orange y Jean-Cyril Spinetta, presidente del Consejo de Administración de Air France-KLM y presidente del Consejo de vigilancia del gigante nuclear Areva, Claude Perdriel, presidente del Consejo de vigilancia del Nouvel Observateur, la multimillonaria Liliane Bettencourt, principal accionista de L'Oréal y Philippe Varin, presidente del constructor Peugueot-Citroën, a quien la central sindical CGT acusaba por aquellos tiempos de haberse incrementado en forma «indecente» su salario, ya que ganaba 8.900 euros diarios, es decir 3,25 millones de euros por año, aproximadamente.

Las empresas que dirigían ese selecto grupo de contribuyentes son las más importantes del CAC 40, la Bolsa de Valores de Francia. Por el monto de sus remuneraciones, los presidentes de sus consejos de administración «son los mejor pagados de Europa», según el despacho de estudios Proxinvest.

RFI apuntaba en aquella ocasión: “Los ricos se han vuelto más ricos en particular porque sus ingresos de patrimonio aumentaron un «11% por año durante el período 2004-2008», afirma el Instituto Nacional de Estadística francés (Insee). Una contribución «excepcional» de uno o dos por ciento de sus ingresos, durante un lapso de dos años, no afectará a sus fortunas, pero permitiría al gobierno afirmar que esta vez el rigor de la austeridad afecta a todos los franceses”.

Ahora les toca a los “titos” españoles

Cuando la economía de una casa tiende a estar o está tiesa como una mojama no hay más remedio que decirle a un posible tito millonetis que deje caer algo que ya se le devolverá cuando pinten bastos. Y eso puede ser bueno para todos. Miren por donde la cantinela de Podemos de imponer impuestos a los que llaman ricos no tiene nada de izquierda y menos de comunista, nos da demasiado miedo ese partido y creo que puede ser más por la ignorancia y inexperiencia de sus miembros que por su presunta ideología.

A ver qué pueden hacer los muy acaudalados titos españoles, a ver si ese letrero que quieren quitar o han quitado ya de los cuarteles de las Guardia Civil, “Todo por la Patria”, se aplica ahora, pero de verdad, en pro de estos súbditos menesterosos a los que nadie quiere en Europa y tan poquito se quieren ellos mismos.