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Actualizado: 17 sep 2022 / 10:11 h.
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  • Nacho Frade / Europa Press
    Nacho Frade / Europa Press

La Junta de Andalucía se está planteando otorgar la I Llave de Oro de la Guitarra al recién fallecido guitarrista y compositor Manolo Sanlúcar, lo que sería un gran error. Uno más del Gobierno andaluz con el flamenco. Sería humillar su memoria, la del músico flamenco más importante de la historia, que hizo méritos más que sobrados para habérsela dado en vida y con Paco de Lucía también vivo. Manuel me dijo un día que no aceptaría ese galardón después de la muerte de Paco, porque sería su gran derrota. Nadie discute que Paco de Lucía fue un genio, pero puestos a crear la Llave de la Guitarra, el único que la mereció en vida fue don Manuel Muñoz Alcón, por su entrega total al instrumento, su compromiso con la cultura flamenca, su labor investigadora y docente, y, por último la calidad y trascendencia de su magna obra musical. Ya están los insaciables paquistas preguntándose en las redes sociales, que si se la van a dar a Manolo a título póstumo, ¿por qué no también a Paco? Ya puestos, también a Montoya, Niño Ricardo, Diego del Gastor o Sabicas. Manolo Sanlúcar no merece este cachondeo, y menos después de muerto, así que la Junta se lo debería pensar antes de hacer el ridículo y humillar la memoria del gran músico sanluqueño, que, por otra parte, no necesita para nada, y menos ahora, un galardón que solo va a crear polémica, como la Llave del Cante.

Si en la Junta quieren hacer algo por Manolo Sanlúcar, que editen la magna obra docente que dejó acabada con mucho esfuerzo, sudor y lágrimas. Que reediten sus discos y libros y que creen un gran centro de documentación con su nombre, en Sanlúcar o en cualquier otra ciudad. No le den la dichosa Llave después de muerto, y de fallecido Paco, porque sería una humillación histórica, y un gran error. Dénsela a un guitarrista vivo, que aún están ahí Serranito o Paco Cepero, dos grandes creadores. No es que la necesiten para nada, pero si quieren presumir de lo mucho que les duele el flamenco, que es mentira, olvídense de concederle a Manolo Sanlúcar un trofeo que mereció en vida y que se ha pedido cuando él ya no estaba en sus cabales y no tenía fuerza para decir basta. Desde Córdoba se quiso promover hace años que se le diera la distinción y el genio sanluqueño no quiso. No después de la muerte de Paco de Lucía, al que por cierto Manolo adoró siempre como persona y como guitarrista. Eran como hermanos y se admiraban mutuamente. Pero también eran rivales, claro. Manolo sufrió mucho por tantos reconocimientos a Paco y tan pocos a él, aunque tuvo algunos. Alguna vez me llamó a casa llorando, dolido por este asunto. “Estoy harto”, decía. Incluso me citó un día en su cortijo de El Pedroso (Sevilla), para una entrevista en la que se despachó a gusto. Querer darle ahora la Llave, con Paco muerto, y él también, sería un fiasco, una indignidad que no merece. Sean serios. Y la familia, también.

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