Cervantes conocía bien el casco histórico de Sevilla. Quizás sea la ciudad más citada en su obra.
Miguel de Cervantes Saavedra se refiere en repetidas ocasiones las calle de “la sierpe”, y en ella la cárcel real y la casa de Pierres Papin’’. Estuvo preso (1597 y 1692).
Azulejo de la Cárcel Real. Avanzando por la calle de las Sierpes, se encuentra un azulejo en el cual se reproduce el cuadro de Gonzalo Bilbao titulado “La Cárcel Real”, situado allí desde 1984. Como se puede ver, nada queda ya de la portada conventual que diera lugar a la entrada de la reclusión en que fuera ideado “El Quijote”.
El Rufián dichoso describe una cita de pícaros en el Alamillo:
"La Salmerona y la Pava,
la Mendoza, y la Librija,
que es cada cual por si brava,
gananciosa y buena hija,
te suplican que esta tarde,
allá cuando el sol no arde,
y hiere el rayo sencillo,
en el famoso Alamillo
hagas de tu vida alarde. "
El azulejo de abajo, más moderno, es de tonalidades azules, con letras impresionadas en negro en las que se reproduce una cita perteneciente a la comedia “El rufián dichoso
Un segundo párrafo a la derecha explica las razones por las que fue erigido este azulejo: EN EL AÑO 1605 MIGUEL DE CERVANTES QUISO TRAER A SU LITERATURA EL NOMBRE DEL ALAMILLO Y LO HIZO, COMO ARRIBA SE LEE EN LA COMEDIA DE “EL RUFIÁN DICHOSO” HOY EL PARQUE DEL ALAMILLO QUIERE CITAR A CERVANTES Y VINCULARSE A SU OBRA CON ESTA PLACA PUESTA CUANDO SE CUMPLEN CUATRO SIGLOS DE LA PRIMERA EDICION DEL QUIJOTE. VERANILLOS DE 2005.
A continuación otra cita de “El Rufián dichoso”
Virgen de los Olmos en la Giralda
Entrada al Patio de los Naranjos de la catedral. Cervantes escribió el famoso soneto (satírico) que se inicia Voto a Dios, con ocasión del túmulo o monumento a la muerte de Felipe...curiosamente la placa dice Vive Dios (que viene a ser lo mismo)
“¡Voto a Dios que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describilla!
Porque ¿a quién no sorprende y maravilla
esta máquina insigne, esta riqueza?
“Por Jesucristo vivo, cada pieza
vale más de un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo, ¡oh, gran Sevilla!,
Roma triunfante en ánimo y nobleza.
“Apostaré que el ánima del muerto,
por gozar de este sitio, hoy ha dejado
la gloria, donde vive eternamente.”
Esto oyó un valentón y dijo:
«Es cierto cuanto dice voacé, señor soldado,
y el que dijere lo contrario miente».
Y luego, in continente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese y no hubo nada.”
No hubo nada, porque por las tonterías típicas de esta ciudad de María Santísima, por vanidad de vanidades, se acabó desmontando por completo dicho monumento