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Actualizado: 08 feb 2021 / 18:13 h.
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  • Oriol Junqueras y Arnaldo Otegi. / EFE
    Oriol Junqueras y Arnaldo Otegi. / EFE

Nadie puede negar que resulta enternecedor comprobar que Arnaldo Otegi no tiene otro remedio que hablar en castellano a los independentistas catalanes allá donde vaya. Y muy sorprendente ver a Oriol Junqueras dando palmitas a la vera del que defendió a ETA durante tantos años. Ahora se les escapan cositas y es más tímido, pero esas cosas no cambian. A estos les une, sin remedio, el castellano. Qué ironía, qué fantasía. Ser cristianos, no, eso no. Junqueras, a pesar de todo, da palmitas como si fuera un monaguillo emocionado por las palabras del sacerdote que levita al referirse al Altísimo. Junquera ama al prójimo como bien dejó dicho Cristo. Pero este solo ama al prójimo que le puede hacer ganar unas elecciones. Vaya cristiano más extraño.

Ellos a lo suyo. Los españoles son un asco y el castellano es un idioma asqueroso y todo lo que no sea nuestro trocito de tierra y nuestra forma de ganarnos la vida es asqueroso. Aunque la realidad es terca como una mula y no hay forma de hacerla cambiar. Por ejemplo, Pastas Gallo se lleva la producción de pasta seca desde Granollers a El Carpio (Córdoba). La mitad de la plantilla se verá afectada y la empresa les ha ofrecido trabajar en la nueva ubicación aunque será difícil que eso pueda ser una opción. Muchos kilómetros y muchas vidas ya hechas en Granollers. Otegi y Junqueras a lo suyo. Si todo se viene abajo da igual. Lo importante son ellos y sus ideas raquíticas.

Pero Otegi animando a los independentistas a serlo más. Pero Junqueras rezando a un Dios que debe estar mirando de soslayo a un católico tan ridículo y contradictorio. Pero hablando en castellano entre ellos porque no les queda más remedio y es lo que les une además de esas ideas catetas y trasnochadas que manejan los independentistas. Pero con el chirriar de fondo que produce que un cristiano se pegue al defensor de asesinos etarras porque, les guste más o menos, resulta insultante para los cristianos que son capaces de discernir sobre un dios al margen de la política y de la muerte violenta. Alguien debería avisar a Junqueras de que Cristo solo repartió estopa entre escribas y fariseos, entre todos los que tomaban el nombre de Dios para uso y beneficio propio. Y que por más que grites que eres cristiano, si no lo eres, no cuela.