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Actualizado: 30 mar 2020 / 08:06 h.
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  • Parar, templar y mandar

No soy muy taurino, aunque lo fui de joven –quería ser torero para sacar a mi madre de la pobreza–, pero sé que parar, templar y mandar es la esencia del toreo, sus tres principales pilares. Y en la vida, también. Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, tiene que saber parar, templar y mandar, porque podemos acabar mal. La crisis del coronavirus puede llevarnos al hundimiento total y de él depende, que para eso es el que gobierna, que no acabemos comiéndonos los unos a los otros como perros rabiosos. Esta misma noche repasaba Twitter y Facebook, como cada día antes de escribir mi artículo, y por primera vez he sentido escalofríos de las cosas que se están publicando. El hecho de que Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno, dijera que “todas las riquezas del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”, según el artículo 128 de la Constitución española, encendió a muchos, entre ellos al líder de Vox, Santiago Abascal, quien ya habla de “régimen chavista”. Quizá no era el momento de hablar de ese artículo de nuestra Constitución, porque los ciudadanos están muy nerviosos y los que tienen mucho dinero pueden hacer por llevárselo antes de que les prohíban sacarlo del banco. Incluso se habla ya de “miedo al corralito”.

Ahora de lo único que hay que hablar es de hacer caso al Gobierno y a las autoridades sanitarias, quedándonos en casa para que el virus no se propague más, porque estamos llegando a los mil muertos diarios, lo que quiere decir inminente colapso de los hospitales. O sea, el desastre padre. Abascal está perdiendo los papeles en las redes sociales y alguien le tendrá que parar los pies, porque habla de “ideología criminal”, en referencia a Iglesias, y entramos ya en terrenos pantanosos de mucho peligro. A todo esto, los datos comienzan a ser ya más que preocupantes y, encima, siguen faltando medios para que los profesionales sanitarios puedan salvar vidas, que además siguen cayendo enfermos. Ayer por la tarde había un grupo de médicos en las puertas de IFEMA, el hospital de campaña de Madrid, sin poder acceder porque no tenían el material necesario y sin protección se negaban a entrar para sustituir a compañeros ya agotados. Esto se va a derrumbar de un momento a otro si el Gobierno no sabe parar, templar y mandar, coger de verdad las riendas y actuar con firmeza, caiga quien caiga. Es todo un desastre, pero con la oposición calentando las redes, el desastre puede pasar a otra cosa peor.

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