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Actualizado: 27 oct 2022 / 12:05 h.
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  • Fotografía: A3Media
    Fotografía: A3Media

Cada día, nos venden luchas sin cuartel por las audiencias en televisión. Un programa de telebasura que llena las pantallas de garrapatas televisivas intenta que otro de esos programas, más amable tratando los mismos temas, no se le suba a la chepa de los porcentajes; informativos convertidos en un cúmulo de vídeos grotescos combaten sin cuartel por liderar la audiencia; y cosas parecidas a esta. Nos venden lo superfluo, lo insignificante, como si fuera la madre de todas las batallas. Cosa de mediocres que juegan con el lenguaje y con los números para parecer mucho más de lo que son.

Cada día, nos dicen que solo la cochambre y el insulto interesan al telespectador. Que lo cultural y los documentales de animalitos son cosa de la televisión pública y de cuatro gatos que se aburren mucho y no tienen remedio, es el mensaje velado que sueltan con frecuencia desde las cadenas de televisión. Sin embargo, el programa que lidera la audiencia (sin contestación posible) es Pasapalabra. Cada tarde, alcanza con facilidad el 20 por ciento y puede llegar al 23 sin demasiados problemas. No es que este sea el arquetipo de programa cultural profundo, pero tiene más que ver con la cultura general y con la conexión entre televisión y cultura que cualquier otro de la televisión nacional. Por si fuera poco, el programa presentado por el eterno Jordi Hurtado, Saber y Ganar, bate todos los récords conocidos de permanencia en la televisión. Es decir, los tele espectadores no son una banda de tocinos que demandan basura en las pantallas; se tragan esa basura si se la encuentran, pero... ¡buscan alternativas alejadas a esa miseria y la encuentran en masa!

Siempre digo que esos porcentajes de los que hablan las estadísticas se refieren a los que están en un momento determinado delante del televisor y que da la casualidad que son muchos más los que andan haciendo otras cosas. Con esto quiero decir que una audiencia maravillosa de 1.500.000 de personas representa un porcentaje muy pequeño de la sociedad y que presumir de ello es cosa de tramposos y mediocres que quieren ser los reyes en el reino de la fatal.