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Actualizado: 06 nov 2018 / 17:58 h.
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Lo único que nos queda ya a los españoles es pedir perdón a los terroristas, corruptos, banqueros y otros amigos del país. Parece que el problema va a estar en los ciudadanos y no en los colectivos citados, entre otros más pintorescos. Estrasburgo ha dictaminado que Otegui no tuvo un juicio justo en el caso de la reconstrucción de Batasuna. Esto le ha dado pie para decir nuevamente, una vez más, que España no es un país democrático.

Solo en la región vasca, supongo, se respira la verdadera democracia, de ahí que El Carnicero de Mondragón campara a sus anchas hace unos días por Alsasua, después de haber asesinado a 17 españoles, por lo que fue condenado a más de seis siglos de cárcel, cumpliendo solo 29 años, gracias a la Doctrina Parot. Asesinados no, “ejecutados”, dijo él mismo sin el más mínimo arrepentimiento. Se paseó tranquilamente ante los manifestantes en el homenaje a la Guardia Civil en la localidad navarra, vestido de negro y con unas gafas oscuras que tapaban el brillo de sus ojos, seguramente por la emoción del momento tan democrático que estaban viviendo los aberzales.

Pues sí, parece ser que se vulneraron los derechos de Arnaldo Otegui en un juicio con escasa imparcialidad. Una injusticia, sin duda. Si será grande la democracia, que hasta un tipo tan repugnante como este tiene derechos en un país, según él, sin libertad alguna. Esta decisión del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos le va a dar alas y le allanará más aún el camino para que se dedique a la política como si no hubiera hecho nada y sin que nadie lo pueda molestar. Le pedimos perdón, lo indemnizamos debidamente por haber estado 6 años en la cárcel y organizamos una barbacoa dominguera para celebrarlo.

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