Un empresario honrado, un hombre cabal, ha tenido el valor de proclamar ante las televisiones de España la verdad que estamos sufriendo. Es un empresario del sector turístico, que dijo que él no se beneficiaba de las leyes vigentes para reducir el salario a la mitad de sus empleadas... Nos quedamos de piedra cuando lo escuchamos... Una verdad lacerante...
¡Qué barbaridad, qué miserables, qué canallas, qué gentuza disfrazada de empresarios, sean pequeños, medianos o grandes! ¿Qué tiene que decir la ministra de Trabajo, autora de las leyes que permiten abusos como los denunciados por ese empresario honrado? Porque imagino que algo tendrá que decir después de escuchar semejante vergüenza...
Resuenan los cánticos italianos del Novecientos... La lucha contra el caciquismo. Las batallas perdidas por los buenos frente a los malvados... ¿Siempre así? ¿Es que no vamos a aprender de cómo terminan las luchas fratricidas sufridas? ¿Es que ya no se acuerdan de los años 30 del pasado siglo? ¿No fueron suficientes más de un millón de muertos?
Sí hay seudo empresarios que utilizan las leyes para robarle el sueldo al obrero, seguro que habrá obreros desesperados que se alcen a muerte contra los tiranos. Así es la vida...
Las leyes laborales se han hecho para beneficio común, para mejorar las relaciones profesionales, para facilitar el empleo... Pero hay gente malvada que las utiliza con ruindad para obtener beneficios ilegales, despreciando los valores humanos de sus semejantes, ¡Son unos canallas que lo pagarán muy caro! Gente miserable, traidores a España.