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Actualizado: 10 sep 2020 / 08:05 h.
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  • Eduardo Parra - Europa Press
    Eduardo Parra - Europa Press

Reconociendo sin vacilaciones que nunca me gustó este señor por sus mentiras y desconcertantes cambios de criterio, amén de por su egocentrismo, inmodestia y falta de escrúpulos, lo estaba viendo últimamente con muchas posibilidades de estar años en la Moncloa, porque veía que a pesar de lo complicado que es gobernar un país castigado de manera tan brutal por una crisis sanitaria y económica como la que vivimos, se defendía bien y jugaba sus cartas con maestría. Pero en tres o cuatro días, y de manera inexplicable, el presidente es otro y no para de meter la pata. Solo a un demente se le podía ocurrir dar las condolencias a Bildu por el suicidio del terrorista de ETA Igor González Sola, y menos desde una institución como el Senado.

¿Por qué lo haría? Porque tonto no es, precisamente. ¿Porque va a necesitar a los radicales vascos para que le aprueben los Presupuestos Generales del Estado? Lo podía haber hecho de manera privada y así no se le hubiese venido encima la que se le ha venido, enfadando a las víctimas del terrorismo y a parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Porque, además, el presidente tardó demasiado en dar sus condolencias a familiares por los muertos de la pandemia, y no hablamos de esos otros fallecidos que no aparecen, dos decenas de miles según fuentes de total solvencia.

Al margen de este escándalo con el etarra suicidado, que en otro país le hubiera costado la presidencia de manera inmediata, se ha puesto en contra a Inés Arrimadas, que iba a poyar los Presupuestos, a la que le ha recordado su foto en Colón sin venir a cuento. La cara de la líder de Ciudadanos era ayer un poema. Por no hablar de sus ataques a Pablo Casado, al que por fuerza quiere unir a su proyecto, si es que tiene un proyecto para España, que no se ve por ninguna parte, solo improvisaciones, parches y decisiones fallidas. O sea, volando puentes en un momento crucial para España, que está a la cabeza en destrucción de empleo en Europa y que será de los países ricos que más van a tardar en comenzar la recuperación económica, por mucho que maquille la situación, con la ministra Calviño diciendo que el empleo se está recuperando a buen ritmo, al parecer, según Tezanos.

Visto lo visto, es lógico que el Partido Popular se piense tanto apoyar los PGE, porque si lo hiciera, sobre todo a partir del aciago día de ayer, el partido de la derecha y su líder tendrían un problema serio. Ahora, quien lo tiene de verdad es Sánchez, y bien gordo. Que se joda.

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