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Actualizado: 12 ago 2022 / 17:18 h.
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  • ¿Quién se cree lo del cambio climático?

Los conspiranoicos que niegan el cambio climático coinciden con toda esa gente empeñada en mirarse el ombligo y que se avergüenza de confesar que, en el fondo, sigue creyendo que la Tierra es plana. Son primos hermanos de quienes, hace solo un año, hacían sus numeritos con las cucharas pegadas en el hombro porque se habían vacunado contra el coronavirus a su pesar, casi los mismos que se creen a pies juntillas cualquier chorrada que vean en el tiktok porque lo que nunca hay que creerse, bajo ningún concepto, son las versiones oficiales, los datos de la administración o lo que digan los científicos, que siempre están comprados por alguien. En rigor, nos enternecen porque nos recuerdan a esos rebeldes que, como decía Chesterton, dejan de creer en Dios para creer en cualquier cosa.

Hay quienes insisten mucho estos días en que, en verano, siempre ha hecho calor. La calor de siempre. Lo que quizás no se paren a sopesar es cuántos grados exactamente y durante cuánto tiempo seguido.

Los mayores recuerdan que, en sus infancias, llovía y llovía como en aquel melancólico poema de Antonio Machado. Monotonía de lluvia tras los cristales. Se pasaban las semanas lloviendo, y casi los meses. Tantos hombres de puertas para adentro, decía mi abuela, como si contara otro cuento... Durante medio invierno, porque no se podía entrar en los campos.

Tal vez nosotros recordemos cómo, durante el verano, apenas bajaba el termómetro de los cuarenta grados durante días y días, y hasta semanas, en Andalucía o en Aragón; cómo una ola de calor sustituía a la anterior y cómo los humedales enseñaban impudorosamente su fondo cuarteado como la caries de una naturaleza abandonada mientras durase la fiesta del turismo, que es la que da de comer de hoy para mañana.

El Ártico se calienta ahora cuatro veces más rápido que el resto del planeta, pero todo el cuento del calentamiento global se lo ha inventado un progre para pillar subvenciones.

Lo más increíble de esta fantasía es que cada vez haya más gente dispuesta a creérsela.

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