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Actualizado: 04 mar 2023 / 04:59 h.
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  • Recogimiento y bulla

Es para el sevillano la Cuaresma un estado de gracia realmente especial. Paseamos las calles a la busca de ese pellizco que se nos muestra para mayor gozo de nuestra alma. Bullas en días ordinarios como si fuera un Domingo de Ramos. Bullas en la que tanto añorábamos sumergirnos, y que nos trasladan a tiempos pre-pandemia y que lejos de provocarnos rechazo, nos llenan de orgullo. Porque cuánto presumimos los sevillanos de ese fenómeno que es la bulla. Tú entras por la campana y llegando a la altura del Cronómetro miras para adelante, y se te hincha el pecho como un palomo cuando ves que no cabe un alfiler. Cómo somos, te dices para adentro, somos, no son, porque tú eres parte activa de ese ejército cofrade. Ya quisieran muchos colectivos llenar la ciudad de gente como nosotros, los jartibles (Antonio Sánchez Carrasco dixit).

Pero todo no es bulla. En esa dualidad mágica que forma al sevillano hay otra forma de vivir la cuaresma. Otra forma de rezar en el viacrucis. Una forma llena de recogimiento, porque como decía Jacinto Benavente, nada fortifica tanto las almas como el silencio; que es como una oración íntima en que ofrecemos a Dios nuestras tristezas. Y eso ocurre (¡bendito sea!) en los conventos sevillanos.

Gracias a los hermanos de la Hermandad de la Antigua, ángeles custodios de las monjitas de los conventos sevillanos, se celebra cada viernes de cuaresma el viacrucis en un convento diferente. Una ocasión magnífica para traspasar los muros que separan el ruido cotidiano del recogimiento espiritual que allí se cobija.

Leer las estaciones del viacrucis de Nuestro Señor acompañados de los cantos de las hermanas te transporta a un estado de serenidad y fervor que les recomiendo. Las palabras del Evangelio, la meditación y el canto de las hermanas, rodeados del gran patrimonio artístico que guardan los conventos, es un privilegio que se nos ofrece a cambio de nada. Y por si fuera poco, cuando termina el rezo, un experto invitado por la hermandad, realiza una breve charla sobre la historia y el patrimonio del convento.

Recogimiento o bulla. Usted decide si quiere uno u otro estado del alma. O si, como buen sevillano, puede convivir alternándolos.

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