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Actualizado: 27 ene 2020 / 09:58 h.
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  • Rostros, alma, emociones y máscaras: ¿somos cómo nos vemos? en Antiquarium

El rostro: esa parte que tanto dice o miente de nosotros (bellísimos en personalidades bizarras o feos en maravillosas), es uno de los aspectos en los que incide esta exposición, que hasta el 16 de febrero podrá visitarse en la sala Antiquarium, del Instituto de Cultura y Artes del Ayuntamiento de Sevilla, al frente de la cual y de su extensa (e intensa) programación se encuentra Javier Fito.

Organizada por Loving Art Andalucía y Magasè Art Gallery y comisariada por Blanca Molina, Fernando Mañes e Ignacio Díez Laso, incide en la importancia que han tenido las facciones humanas en las diferentes civilizaciones hasta llegar a hoy, en que los 40 autores que la integran, se siguen preguntando por sus diferentes modos de representación tanto desde los criterios figurativos como abstractos.

Los subtítulos de la muestra –alma, emociones y máscaras y la pregunta explícita que lanzan: ¿somos cómo nos vemos?, hacen que tanto los artistas que se han acercado a responderla y los que lo hagamos intentando comprenderlas, tengamos que plantearnos muchas cosas, entre estas aquellas que tienen que ver con la psicología, la teología, la filosofía y la neurología, además de la pintura, escultura, fotografía, dibujo, grabado y el arte mismo.

El rostro como contenedor del alma y en consecuencia del espíritu y aún del pensamiento, las sensaciones o los sentimientos que tenemos. Como ese algo que bien pudiera entenderse como reflejo de las emociones que también somos. En suma, el rostro como espejo del interior que nos habita, es un extraordinario punto de partida y más en los tiempos actuales donde el ruido y la prisa impiden reflexionar sobre una imagen que vaya más allá de una complicada o simple manifiestación artística, para expresar además de con la perspectiva, los trazos de la materia pictórica o los materiales y formas de la escultura, ... para ir más allá del dolor, la alegría, la indiferencia, todo lo que sugieran o pretendan la imaginación y las imágenes.

El alma y sus significados desde que el ser humano tuvo conciencia de la muerte y de lo que hay más allá, y para los que se han dado miles de respuestas desde entonces, desde los egipcios, los cristianos, los budistas,... que la han contemplado como esa parte de la inmortalidad, del Todo, de lo trascendente, de las creencias sagradas. También de las profanas.

Las emociones como espejos de las creencias innatas y adquiridas, provenientes de la cultura o de la educación, de ese algo insustancial que se nombra como alma y cuyo significado es difícil de describir pues alcanza al ser y a las cosas que constituyeron su mundo, acompañaron en su camino. El alma de las personas y de las cosas. El alma de cualquier ser dotado de vida para los teístas, vertida en los rostros mejor que en ningún sitio y lugar por tanto donde se supone puede interpretarse bastante de lo que somos, pues en ellos están los ojos que condicionan voluntaria o involuntariamente nuestra mirada; la boca con las palabras y los gestos; los músculos faciales que producen un sinnúmero de expresiones.

Por otra parte las máscaras, como todo lo que ocultan, fingen, exageran ante la vulnerabilidad o se usan como exorcismo.

De estas cuestiones trata esta exposición en la que parece que cada autor (y... ¡autora!), ha dado unas de las mejores muestras de su proceso creativo, sintetizando mucho de la investigación que desarrolla en su estudio para valientemente lanzarlo ahora, en donde somos nosotros (conocedores o aficionados), los que interpretamos lo que nos dicen todos los rostros que nos observan también desde las obras.

Rostros, alma, emociones y máscaras: ¿somos cómo nos vemos? en Antiquarium

Dividida en 4 áreas, los artistas se han incluido en “El retrato como continuidad academicista”, en “El punto de partida. Siluetas, líneas y formas”, en “Reflejo interior. Emociones y sentimientos” y en “Des configuración. Máscara material e inmaterial”.

En el primero de los bloques, se sitúan: Teresa Peña, Gema Climent, José Carlos González, Justo Mesa, Sergio Romero Linares, Daniel Franca, Martín Lagares, Rita del Río, Merche González, Leonor Barrero, Gonzalo Llanes, Manuel Mancera y María J L Herrero.

En el 2º: Margarita Vázquez, Mª José Forné, Joaquín González, Patricia Hidalgo, Jonipunto, Jaime Abaurre, Ana Feu y Aurora Castillo.

En el 3º: Sergio Cruz, Miriam Cubiles, Gloria Carnero, Concha Barón, Ana Becerra, Raúl Montes Ruiz y Pedro Rodríguez Garrido.

Y en el 4º: Marga García Pinto, Erick Alcántara, Jaime Gil Arévalo, Ana Langeheidt, Gracy Jaramago, Fernando Bocio, Richard Saad, Murdo Ortiz, Emilio Subirá, Agus Díaz Vázquez, Angelino Carracedo y Pablo Yáñez.

Pido disculpas si a alguno de los autores mencionados no los he incluido en el apartado exacto que se le ha adjudicado porque es muy difícil separar la proporción que tienen en cuanto a la continuidad academicista cada uno, el punto de partida que han escogido para la representación de los rostros (trazos, autores del pasado, tratamientos), o mucho más difícil aún, los que se han incluido en “Emociones y Sentimientos” y en “Des configuración-Máscara material e inmaterial” pues ¿hasta dónde llega la línea divisoria entre uno u otro compartimento?, ¿hasta dónde llegan las combinaciones de técnicas y estilos en una misma obra por ejemplo, en la que se han efectuado tratamientos figurativos y abstractos, puntillistas o expresionistas?

Llegados a este punto, es de admirar la resolución que han dado al conjunto los organizadores, pues con independencia de estos 4 bloques en que se ha dividido, la exposición resulta un conjunto bastante homogéneo, en el que una pieza da continuidad a otra produciendo giros que marcan pautas y que se perciben sutilmente.

No puedo detenerme como quisiera en cada uno de los autores que han dado aquí excelentes muestras de lo que hacen, mucha de la destreza que han ido alcanzando en sus trayectorias y a los que intentaré seguir en sus individuales, porque el propósito de este artículo es informar para que se siga profundizando en ellos e incentivar en la medida que sea posible a los autores y a todos los que han hecho posible esta muestra, para que sigan compartiendo sus propuestas en las próximas que hagan.

Una muestra colectiva como es esta, reúnen muchos de los estilos vigentes en la actualidad partiendo de la figuración, la abstracción, el expresionismo, etc. y múltiples son por tanto las representaciones del rostro en las diferentes maneras que lo han tratado desde la plástica o la gráfica, la digitalización o el tratamiento infográfico, e implicaría considerar todos los soportes, procesos, procedimientos, materiales, formas, fondos, ubicación, ...todas esas nociones que se reúnen para hacer que la obra de arte sea posible.

Los rostros, los rastros, o su ausencia, alguna parte que nos identifica, con el que intentamos expresarnos, interpretar al otro y a nosotros, el que probablemente mejor nos define, son sus propuestas. Intentemos ahora hacerles las preguntas.

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