Image
Actualizado: 21 may 2016 / 21:00 h.
Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado

Pocos caminos tan duros como el de este año. El calor insufrible se acaba soportando empapándose por dentro y buscando la sombra mientras se anhela el rocío que calará más hondo y refrescará el alma. Un buen abrigo basta para hacer frente a cualquier bajada de temperatura hasta el encuentro con quien te arropa como a su Hijo. Pero una lluvia tan intensa y duradera como para que obligue a cerrar los caminos tradicionales por la propia seguridad de los romeros no se recuerda. No ha habido Quema ni bautizos, no ha habido Raya Real ni Ajolí, ni a la ida ni a la vuelta. Sin embargo, no ha faltado nadie. En la aldea, para el encuentro con la Virgen del Rocío, estaban todos los que tenían que estar. Pues nada de esto ha frenado a los rocieros para los que el único premio es poder presentarse ante Ella, junto a su Simpecado, y rezarle la Salve en la madrugada o la mañana del Lunes de Pentecostés.

El tono apagado en el interior de la casa de la hermandad de Hinojos en la aldea, el mediodía del Lunes, cuando las filiales que no están ya de camino están festejando el encuentro con la Reina de las Marismas; el rostro desencajado de sus responsables que preferían seguir el ejemplo de la Virgen y meditar todo, dejarlo reposar, antes de hacer una denuncia pública... daban cuenta de la profunda tristeza de unos rocieros con más de 75 años de trayectoria, herederos directos de la profunda devoción que movió a su vecino, el canónigo Francisco Muñoz y Pabón, a promover la coronación de la Blanca Paloma, que llegaron con las mismas ganas que el resto a esta romería y que se tenían que ir con el disgusto de un accidentado encuentro con la Virgen. Porque la Virgen llegó lo más cerca que pudo hasta su Simpecado en la desembocadura de la calle Sanlúcar, casi en el Acebuchal, el Simpecado se adelantó aún más para facilitar el trabajo de los almonteños, el paso se paró, todos rezaron la Salve pero.., en cuestión de segundos, unos almonteños, «un grupo reducido» –insisten en señalar porque saben que los almonteños de bien jamás le harían daño a la Virgen ni a los Simpecados que la representan– atacaron su Simpecado. Las borlas deshilachadas, la plancha metálica que lo sostiene doblada, el terciopelo arrugado...

Todos los años circulan rumores en torno a unas filiales u otras que vaticinan que la Virgen del Rocío no visitará una u otra casa hermandad, no se parará ante un determinado Simpecado o no, pero la Matriz pone cordura y medida en todo esto y, normalmente, nunca van más allá. De hecho, este año, ya había tenido una serie de gestos con Hinojos para apaciguar los ánimos. Sin embargo, «unos desalmados que no son personas de bien» aprovecharon la procesión y utilizaron a la Virgen para castigar a Hinojos por un asunto político, por un conflicto entre los ganaderos de Almonte y las marismas de Hinojos. La Matriz tendrá que poner los medios para que esto no vuelva a suceder.