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Actualizado: 27 mar 2020 / 08:12 h.
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  • Siempre la verdad, aunque duela

Menudo papelón el de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. No es santo de mi devoción pero debe estar pasando las fatigas de la muerte, como dicen los flamencos. Me da no sé qué cuando da una rueda de prensa y lo veo cadavérico, insepulto, blanco como una patena. Es innegable que está intentando hacer bien las cosas y que no es nada fácil, aunque en las redes sociales hay cientos de miles de ciudadanos españoles que no paran de decirle cómo hay que salir de la pandemia y de la crisis económica que ya está aquí.

A lo mejor no es el momento de las críticas, solo de meter el hombro, de colaborar con el Gobierno –desde luego, es innegable que la ciudadanía está dando una lección de paciencia y entrega–, pero hay que entender también a la población porque está muriendo mucha gente y el Gobierno está cometiendo errores, quizá demasiados. Seguramente esta crisis sanitaria y económica sería menos dañina con un gobierno distinto, con experiencia y ministros y ministras de más altura política. Ayer reapareció la ministra de Igualdad, Irene Montero, y en vez de ser humilde y reconocer que promover y apoyar la manifestación del 8-M fue un grave error, suelta que tenían el apoyo de las autoridades españolas, supongo que sanitarias y políticas. ¿No es ella misma una autoridad, nada menos que ministra?

No pasa nada por reconocer un error, pero en vez de eso se limitó a atacar a la oposición, a la derecha y la ultraderecha, por ir contra las mujeres. Esto el mismo día que se devolvieron miles de test de escasa garantía a una empresa china que, al parecer, carecía de licencia. Es algo grave, sin duda, pero hay cosas mucho peores, como la imagen que estamos dando al mundo con lo de que no haya el material necesario para los profesionales sanitarios y las Fuerzas de Seguridad del Estado. Que las enfermeras están usando bolsas de basura, señor presidente, y están a punto de tirar la toalla porque se están infectando y hay ya muertes. Las críticas no son solo una cuestión ideológica, de la derecha y la ultraderecha queriendo acabar con un gobierno social-comunista, que también. Es que hoy vamos a llegar a los cinco mil muertos y el Gobierno no parece dar muestras de que todo esté bajo control, con tantos errores.

No basta con repetir hasta la saciedad que “vamos a ganarle la batalla al coronavirus”, o que “no vamos a dejar a nadie en la cuneta”. Porque no es verdad, el virus ha venido para quedarse, aunque lleguemos a controlarlo y a evitar que haga más daño del que está haciendo. Y Sánchez lo sabe, de ahí su cara de cada día. Como sabe ya que sí se van a quedar personas en la cuneta porque no hay gobierno que pueda contentar a todos en una tragedia como esta sin llevar el país a la quiebra total, que es lo que parece que va a pasar.

¿Debe dimitir el presidente del Gobierno, como se le pide? No, ni mucho menos. Sería un cobarde, y creo que no lo es. Debe hablar menos y hacer más por sacarnos de esta situación tan delicada. Y, sobre todo, no engañar más a la población. Siempre la verdad, aunque duela.

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