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Actualizado: 11 abr 2019 / 09:06 h.
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  • Isabel Pantoja durante un concierto en 2014. / EFE
    Isabel Pantoja durante un concierto en 2014. / EFE

Se estaba viendo venir. Una realidad tan revuelta obligaba a que algo de consecuencias incalculables, irreparables, inaceptables y muchas cosas que comienzan con la letra i pasara antes o después.

Como todos los ciudadanos del planeta Tierra saben, en España la unión entre el mundo del toro y el de la tonadilla ha sido poderosa y rotunda desde el principio de los tiempos. Sólo hay que mirar la parte alta de los televisores que reposan sobre los muebles en los salones de los hogares españoles. Ahí está, radiante, la muñeca vestida de flamenca; ahí está el torito bravo con su divisa prendida en lo alto del morrillo de cartón piedra, con las banderillas luciendo con los colores de la bandera nacional.

Muchos pensábamos que habiendo matadores de toros en las listas electorales de algunos partidos políticos, tarde o temprano, terminarían sumándose las tonadilleras. Y muchos deseábamos, sin ocultarlo, que la más grande de todas alzara el brazo prestándose voluntaria para arreglar los problemas patrios.

Qué gran decepción ha provocado al que lee y, supongo, que a millones de personas más, saber que doña Isabel Pantoja se ha comprometido con Paolo Vasile para concursar en ese reality en el que los participantes se someten a una dieta estricta, pescan, toman el sol, dejan salir lo peor de ellos mismos a relucir y discuten como si no hubiera un mañana. Cobrando una pasta por ello, todo hay que decirlo.

Se pone en peligro el equilibrio de algunas formaciones políticas. Caza, pesca, armas, toros y... nada de tonadilleras. Me cachis en la mar. Ahora se entiende mejor eso de esgrimir la eutanasia, el aborto o a los pobres inmigrantes, como elementos fundamentales en la campaña electoral.

Y, mientras, todo irá desarrollándose en Honduras y estarán disfrutando del duende de la señora Pantoja.

Cuando el hijo termina la participación en su reality, es la madre la que anuncia que será protagonista del suyo. Y todos nos sentimos huérfanos, un poco desvalidos sabiendo que junto a algún torero metido a político no encontraremos a una cantante. España se quiebra un poco más.

¡Ay que pena más grande!