Image
Actualizado: 15 nov 2018 / 08:51 h.
Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
  • Un ‘tópico’ nada común

Se ha liado en las redes sociales contra una campaña publicitaria para los Premios Jaume I, de Valencia, que incluye el flamenco entre los tópicos españoles. Menos mal que al mismo tiempo el Teatro Real de Madrid va a programar flamenco dos veces al mes, en un ciclo, Flamenco Real, que apadrinará el bailaor trianero Antonio Canales y en el que tomarán parte destacados artistas. Nuestro arte lleva décadas de actualidad y siglo y medio gustando e interesando en el mundo, pero aún hay un antiflamenquismo más que evidente en nuestra sociedad, en nuestro propio país, que lo vemos y oímos a diario en los medios de comunicación o tertulias de cafés.

Que el Ayuntamiento valenciano haya permitido esta campaña, cediendo sus marquesinas publicitarias, deja claro que queda aún mucho por hacer. Y se está haciendo, porque hay festivales en todo el mundo, compañías de primera línea que lo recorren varias veces al año, como las de María Pagés o Eva la Yerbabuena, artistas de talla internacional que se codean y son admirados por otros grandes artistas de otros géneros, y una industria que empieza a ser importante, aunque no acabe de consolidarse, como tantas otras cosas en Andalucía.

La gente culta, en general, de nuestro país sigue considerando que el flamenco no es un arte para los teatros, sino para los tablaos, los corrales de vecinos, las peñas, la Feria de Sevilla y el Rocío. Pero más que en las cuevas, el flamenco nació en el teatro y en el primer tercio del XIX ya actuaban artistas como el Planeta, su sobrino Lázaro Quintana o María de las Nieves en los teatros andaluces, madrileños o catalanes. Y no hablemos de la revolución que formaron unos años después las célebres bailarinas sevillanas Petra Cámara y Manuela Perea La Nena, de la escuela bolera, el antecedente más cercano del baile flamenco, que vendría más tarde, cuando llegaron los primeros cafés cantantes y el gran Silverio Franconetti, en 1865, decidió que había que dignificar el género musical andaluz.

Desde entonces, el flamenco no ha dejado de crecer y de conquistar espacios en todo el mundo. Hoy es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y si hablas de Paco de Lucía, Manuela Carrasco o Camarón en cualquier parte del mundo, se ponen de rodillas. Pues en Valencia, de donde era el gran Juan Varea, piensan que es un tópico más del franquismo, como la paella o los toros, cuando más de la mitad de los españoles no quieren saber nada del flamenco ni de los toros. Por tanto, el arte jondo no es un tópico, como el de que en España hay siempre un sol estupendo o que somos poco trabajadores, cuando llueve, ventea mucho y, además, trabajamos más horas que alemanes o franceses. Es un arte nada común, de aficionados, de entendidos, selecto. Un respeto porque decir que esto es un tópico más de España es insultarnos a todos los andaluces, y ya está bien.

ETIQUETAS ►