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Actualizado: 12 jul 2019 / 10:17 h.
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  • Una meada cuesta abajo

En mis tiempos se decía “esto es más largo que una meada cuesta abajo”. Pues eso es el metro de Sevilla y el tranvía al que se le puede llamar metro centro o tren expreso con destino a Plaza Nueva pero es un tranvía, puede llegar usted a su destino en patinete antes que en tranvía pero, oiga, es el metro centro, nada menos, ya se sabe que a nadie le gusta ser indio, todos jefes, pero eso no es nuevo porque también en mis tiempos decíamos que en Portugal a los barrenderos les llamaban ingeniero –inyeniero- do carro da merda y ahora una tienda que vende ordenadores e impresoras es una empresa auxiliar de ingeniería.

¿Por qué no entró Espadas en su primer mandato con ese impulso que el otro día demostró en el acto de su emisora amiga, Radio Sevilla? Podríamos habernos ahorrado cuatro años de parón. Dijo que estábamos en plan cateto con esto del metro y eso no le gustaría a los catetos. Cuando yo escribía en Abc, debajo del chiste de Mingote, envié un artículo llamado Los catetos pero lo censuraron, sé quién lo hizo pero como está muerto me callaré. Yo no insultaba a los catetos como tampoco lo hizo Espadas, sólo echó mano de una manera de hablar –como hizo servidor de ustedes y ustedas- pero, por si acaso se enfadaban los clientes, el artículo se quedó en la carpeta, de manera similar a como ahora los medios progres se muestran comprensivos con los homosexuales que agredieron a Ciudadanos en la manifestación a la que llaman “del Orgullo”. Hay que cuidar a los clientes que son a la vez compradores y votantes.

Espadas dijo que todos unidos, remando en la misma dirección pero allá que sale, al momento, el señor Beltrán Pérez (PP) afirmando que de metro en superficie, como dijo Espadas, nada de nada, que subterráneo como está previsto, con lo cual la Junta (PP también) o lo deja en mal lugar si da pasta o le hace caso y entonces la obra cuesta más. Por su parte, Pimentel va a lo suyo y como andaba por esos barrios de Dios exclama que exige a Espadas la línea exprés con Los Bermejales.

Lo anterior da una idea de lo que va a seguir pasando con metro, tranvía y la madre que los trajo al mundo, al final todo se hará, pero no sé si al final de los tiempos y cuando se esté cortando la cinta inaugural los cielos se abrirán y aparecerá Dios anunciando que ha llegado el fin del mundo y por tanto el fin de todo, metro centro, metro subterráneo y metro superficie, incluidos.

Tiene que ser duro esto de la política. Uno dice: vayamos todos unidos.Y los otros se preguntan: como yo soy la oposición, qué voy a decir ahora para actuar como oposición y no darle la razón a éste o éste al otro aunque comprendan que la puede tener. En mis tiempos, cuando llevaba la contraria a mis padres, mi madre me decía: “Niño, eres el espíritu de la contradicción”. Filósofa mi madre que nunca llegó a montarse en lo que hay de metro y tranvía, ella se montó y me subió en el tranvía de la Puerta Real que era más humano, esperaba a los pasajeros que se retrasaban porque todos se conocían. Soy ya más viejo que este diario.

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