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Actualizado: 28 oct 2020 / 07:58 h.
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  • DPA vía Europa Press
    DPA vía Europa Press

La cifra ayer de muertos por o con coronavirus, 267 en veinticuatro horas, o sea, acercándonos a los trecientos diarios, es tremenda y aquí parece que el descontrol sigue siendo absoluto. Es como si no hubiéramos aprendido nada de la primera oleada, en marzo, y el invierno está a la vuelta de la esquina, que si no ocurre un milagro podemos caer como chinches y el Gobierno parece, por lo que se ve cada día, que empieza a repartir responsabilidades por lo que pueda pasar.

Saben ya perfectamente que vienen meses tremendamente duros, muy duros, y resulta lamentable que ni siquiera sepamos quiénes componen el espectral comité de expertos, con tantos chanelaores que Fernando Simón dijo ayer que no podía dar los nombres. La guasa que tiene este hombre pone la carne de gallina. Más larga es la lista de las víctimas de ETA y Santiago Abascal la leyó entera en la pasada moción de censura al Gobierno, echándole un coraje admirable.

El Gobierno tiene que ser más fuerte de lo que es y coger el control de la pandemia de una vez por todas. Si tiene que haber mano dura, que la haya, porque esto es un desastre. Es inexplicable que aprueben en un consejo de ministro especial el nuevo estado de alarma para imponer el toque de queda y que al día siguiente lo deje en manos de las comunidades autónomas, donde cada uno es de su padre y de su madre, rozando claramente la ilegalidad. Si el estado de alarma salvó, como dijo Sánchez hace dos meses, unas cuatrocientas mil vidas, ¿qué dudas hay? No seis meses, que es una locura, pero al menos hasta que desciendan las muertes antes de que llegue el invierno y todo reviente.

Por lo que pueda pasar en diciembre o enero, brutal subida de impuestos. Somos el país de Europa que más los sube, en contra de la opinión de solventes economistas nacionales e internacionales. Alemania e Italia han decidido bajarlos anoche mismo para impulsar el gasto ante la pandemia, y aquí se los subimos a los ricos, o sea a las rentas más altas y las grandes fortunas, diciéndoles a los pobres que la cosa no va con ellos. ¿Cómo que no va con ellos, si esta demencial política de impuestos traerá más paro, mucho más del que ya hay, que es mucho, porque vendrá menos inversión de fuera y se irá la de dentro? Es de primero de Economía. Somos el país de la Unión Europea con la mayor tasa de paro y a lo mejor no es el momento de ir contra las empresas, que se están muriendo.

¿Es compatible esto con que el gasto social del Gobierno para 2021 vaya a ser el 54%, según los Presupuestos Generales? Y a todo esto, el Ingreso Mínimo Vital no está llegando, reconocido ayer mismo por Pablo Iglesias.

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