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Actualizado: 07 oct 2015 / 12:56 h.
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  • Ceballos, junto a Mel en un entrenamiento. / M. Gómez
    Ceballos, junto a Mel en un entrenamiento. / M. Gómez

Era un secreto a voces, el Betis y Bahía tenían que encontrarse. Y lo han hecho. El propio Mel avisaba de una importante reunión en la que debería quedar resuelto el futuro de Dani Ceballos. No fue para tanto, pero casi. Llevaban varios meses queriendo verse las caras, algo que hasta el momento no había podido darse por la continua interinidad de los que mandan en el club. Resuelta esa papeleta, había que ponerse manos a la obra y no han tardado en Heliópolis en acudir a la cita. Aquí no hay trileros, ni listos, ni espabilaos. Sólo un puñado de profesionales que defienden los intereses de una u otra parte, sin más. La relación fluida entre la propia entidad y la mencionada agencia de representación –son los mismos que gestionan los intereses de Pepe Mel o Rubén Castro–, ha facilitado que el encuentro fuese satisfactorio, como ya publica El Correo de Andalucía. Más de cinco horas en las que se habló de todo: cláusula, salario, años de contrato..., pero sobre todo de intenciones. La de Dani es clara: quedarse en el Real Betis Balompié. La de Bahía difiere poco, desean lo mismo que su jugador. Entre otras cosas porque nadie del Madrid se ha dirigido a ellos, o eso dicen. Igual que en el club. Allí tampoco ha llamado nadie desde Chamartín, ni para preguntar por el niño, ni por ningún otro jugador, desgraciadamente para la entidad.

Después de varios cafés y una conversación de cinco horas, los agentes y el club llegan a la misma conclusión: Dani tiene que quedarse. Pero claro, el muchacho anda por Georgia con La Rojita, donde sigue siendo referente después del lío que los chavales formaron este verano en el Europeo. Y hay que esperar a que llegue, ojalá después de triunfar otra vez. Será entonces cuando Dani se pronuncie. Ahí sabremos si de verdad se ha acabado este culebrón o por el contrario tendremos que seguir viendo capítulos de una historia que se repite hasta la saciedad. Adrián, Cañas, Pozuelo... son muchos los que han dejado la ciudad deportiva por la puerta de atrás. Pero claro, ninguno de ellos era tan bueno, o eso piensan muchos. A esos, les recuerdo que todos están jugando en la élite y, en el caso del portero, con más proyección de la que muchos imaginaron. Por eso quizá pica tanto. Es normal que escueza, Haro y Catalán lo saben y tienen claro que necesitan apuntarse un tanto –éste sería magnífico–. Menos mal que alguien se da cuenta y actúa, ya era hora. Como es hora de escuchar a Dani, alto y claro, decir que continúa. No en redes sociales o en una comparecencia de prensa. En un despacho, delante de Eduardo Maciá y compañía y en presencia de sus agentes. Renueve, quédese y crezca. El dinero, llega solo.