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Actualizado: 08 feb 2018 / 21:51 h.
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  • Un nuevo reto para Rajoy

Era cuestión de tiempo. El Partido Nacionalista Vasco presenta un plan que llevaría a los vascos, en el caso de prosperar, hasta el «derecho a decidir» y a reclamar la «naturaleza confederal» de la relación entre el País Vasco y el resto de España. Para aclarar las ideas de todos: a ser una república independiente. Este es un documento muy similar al que presentó el lehendakari Ibarretxe el año 2003. Aquel se rechazó en el Congreso de los Diputados en 2005. En ambos documentos se habla de reconocimientos de una nación; de que «la actualización del autogobierno vasco debe atender al principio de legalidad» aunque se añade que «no obstante, el respeto a la legalidad no debe provocar la vulneración del principio democrático. Un principio que exige dotar de un valor relevante y primario a la decisión de la ciudadanía vasca. Un principio que es también, con igual o superior fuerza, legalidad vigente», es decir, la ley sólo cuenta en el caso de interesar al independentismo (una forma de entender las cosas a la catalana); de un sistema judicial propio e independiente del español, de un sistema de sanidad vasco y solo vasco...

El Plan Ibarretxe y este Plan Urkullu son la misma cosa con distinto maquillaje.

Es muy posible que los políticos del PNV hayan detectado una oportunidad al comprobar que Rajoy no ha sido capaz de acabar con el secesionismo catalán aplicando el artículo 155 de la Constitución. Y es muy posible que los políticos del PNV, sabiendo que hoy resultan imprescindibles para el Partido Popular, estén tensando la situación sin aprobar los Presupuestos Generales del Estado y buscando ventajas políticas.

Rajoy tiene muy difícil continuar con la legislatura. El secesionismo catalán ya era un gran problema. Que el PNV descubra sus cartas y muestre sus intenciones separatistas, agrava la situación enormemente. Pero, además, Ciudadanos parece alejarse del PP después de arrebatar al partido de Rajoy una zona en la que el electorado se encuentra cómodo. Y, tal y como están las cosas, Rajoy necesita el apoyo del partido naranja para gobernar con una mínima estabilidad. Las prisas comienzan a ser importantes. Por ejemplo, Podemos y Ciudadanos se proponen modificar la ley electoral buscando el apoyo del PSOE y eso sería un cambio sustancial que llevaría los resultados electorales a lugares inciertos que modificarían de forma absoluta el mapa político español.

Veremos cuánto tiempo es capaz de aguantar Rajoy sin convocar elecciones. Tal vez mucho menos de lo que él estaría dispuesto a admitir. ~

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